El presidente Alberto Fernández arribó este lunes a Bruselas, Bélgica, para participar de la III Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se desarrollará en Bruselas, Bélgica, donde se buscará la firma de un memorándum de entendimiento sobre temas energéticos, con el telón de fondo de la controversia en relación al demorado acuerdo entre el bloque europeo y el Mercosur.
El avión que trasladó al mandatario y su comitiva aterrizó a las 10.12, hora local (5.12 de la Argentina), tras una escala en Sevilla.
Fernández fue recibido por los embajadores argentinos ante la Unión Europea, Atilio Berardi Hueda, y ante Bélgica, Juan Carlos Valle Raleigh.
En el encuentro de mandatarios europeos y latinoameriocanos que se llevará a cabo este lunes y martes se buscará la firma de un memorándum de entendimiento sobre temas energéticos, con el telón de fondo de la controversia en relación al demorado acuerdo entre el bloque europeo y el Mercosur.
El acuerdo de libre comercio entre el «Viejo Continente» y el Mercosur, alcanzado en principio en 2019 después de dos décadas de negociaciones, aún debe ser ratificado y las negociaciones vienen demoradas, debido a las exigencias medioambientales relativas al sector agropecuario agregadas en marzo pasado por la UE.
«La UE tardó desde mitad de 2019 hasta fines de febrero de este año para enviar su documento adicional sobre ambiente; es decir que ellos se tomaron casi cuatro años para escribirlo; lo presentaron acá a fines de febrero», recordaron a Télam fuentes del Gobierno argentino.
Argentina, Uruguay y Paraguay reaccionaron sobre ese documento, y Brasil pidió un poco más de tiempo, en el marco de un cambio de gobierno y de perspectiva de la nueva gestión, y desde ese momento están trabajando los textos.
Hace dos semanas, cuando Luiz Inácio Lula da Silva asumió la presidencia protémpore del Mercosur en Puerto Iguazú, el presidente de Brasil replico la carta de la UE en la que expuso sus condiciones para el acuerdo y consideró que el texto contiene «amenazas de sanción», en particular en relación a los temas ambientales.
«Han pasado más de cuatro meses; no es un retraso enorme y es importante que podamos revisitar este acuerdo, sin reabrirlo, pero reconsiderando cómo hacer para que las dos regiones se vean beneficiadas por el acuerdo», añadieron las fuentes argentinas.
La Presidencia Pro Témpore del Mercosur pasó a Brasil y se aguarda la respuesta de ellos, dijeron en el Gobierno nacional, en relación -por un lado- al ‘side letter’ europeo sobre ambientes y por otro lado a los dos cartas presentadas por la Argentina vinculados con pequeñas y medianas empresas, transición energética y ambiental y constitución de cadenas birregionales de valor, dos iniciativas que ya tienen el visto bueno de Paraguay y de Uruguay.
«Luego de esto hay que ver con todos estos elementos cómo se consolida una posición única Mercosur, que es en lo que venimos trabajando y bastante bien», completaron en Balcarce 50.
En el contexto de la cumbre en Bruselas, Alberto Fernández y la titular de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, dialogaron sobre el acuerdo el pasado 14 de junio en Buenos Aires.
«Queremos un acuerdo con la UE que balancee las economías de cada una de las regiones y que tenga en cuenta las asimetrías que existen objetivamente para preservar el desarrollo propio de nuestra región», dijo en esa oportunidad el mandatario argentino.
Luego, en la cumbre del Mercosur en Puerto Iguazú, Fernández exhortó a sus pares de la región a «integrarse al mundo no solo como proveedores de materias primas sino como exportadores de productos elaborados», y dijo que aspira a que las negociaciones en marcha con la UE «arrojen resultados equilibrados para todas las partes».
Por su parte, el presidente de Brasil dijo esta semana que la cumbre en Bruselas es «un encuentro extremadamente importante, porque puede ser el pilar para que podamos concluir el tan soñado acuerdo hace tantas décadas entre el Mercosur y la Unión Europea».
Esta semana, en un seminario realizado en Buenos Aires, abogó por lo mismo la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Cecilia Todesca, para quien el acuerdo entre los dos bloques «es una oportunidad para la Unión Europea y también una oportunidad para el Mercosur».
En ese mismo seminario, la embajadora española en la Argentina, María Jesús Alonso, dijo que confía que la cumbre de Bruselas sirva de «estímulo para revitalizar» la relación entre las dos regiones, a lo que se sumó el embajador de España en Francia, Victorio Redondo Baldrich, quien propuso fijar «una hoja de ruta» para culminar el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.
No obstante, Francia mantiene su rechazo a la ratificación del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur porque es «extremadamente exigente» en los acuerdos comerciales para que se incorporen los principios climáticos internacionales y las llamadas «cláusulas espejo» para que los productores de ambos bloques «estén sometidos a las mismas reglas», indicaron esta semana fuentes del Gobierno galo.
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