La cocina nikkei, ese mix entre Perú y Japón, tiene grandes referentes en Argentina y cada vez suma más adeptos por la calidad y variedad que ofrece la competencia. A este abanico de opciones se sumó Neko Restaurant, una flamante apertura en Belgrano que busca refrescar la escena con una propuesta que sus hacedores califican como moderna y disruptiva.
Detrás del proyecto se encuentran Lucas Ferrari (27) y Antonella Baldi (28), una pareja de emprendedores que convirtió su pasión por el buen comer en un negocio. De sus experiencias culinarias dentro y fuera del país, surgió este nuevo espacio que mezcla ingeniosamente sabores y aromas de la fusión peruano-japonesa con cocinas del mundo. «Para describir nuestra cocina hay que ir a la definición de ‘nikkei’, que son los emigrantes de origen japonés. En Perú hubo una fuerte migración de estos y se formó una gastronomía única. Pero nikkei no es solo la fusión de la gastronomía peruana y japonesa, también es la mezcla con otras culturas y nosotros buscamos eso: sumar otros sabores a esta fusión ya existente. Por eso, incorporamos ingredientes de la cocina coreana, filipina, tailandesa, argentina y más», dice Ferrari.
La dupla Ferrari-Baldi comenzó su periplo en el rubro en el año 2019. Abrieron un primer local en Villa Crespo: Neko Sushi, con una carta exclusiva de sushi fusión, hoy transformado en una experiencia omakase. Tras aprender todas las etapas del negocio (desde seleccionar la materia prima hasta lidiar con la parte administrativa) y perfeccionar los procesos, se embarcaron en un nuevo concepto que materializaron en Neko Restaurant al cierre del 2023. A mediano plazo proyectan sumar en Devoto una parrilla japonesa estilo robatayaki, con cortes exóticos. Su visión es que cada local de la marca tenga su identidad.

Un felino en la cocina

Teniendo en cuenta que “neko” significa gato en japonés, este lugar se apoya en el viaje simbólico de un felino amante de la cocina que, ávido de innovadoras recetas, recorrió Japón, Tailandia y Vietnam hasta desembarcar en Perú y, de esa amalgama de sabores, creó una cocina con identidad propia. El restaurant luce una estructura moderna, a cargo del grupo Art Wall Architecture, el mismo estudio que diseñó Trescha, restaurante ganador de una estrella Michelin.

El salón luce paredes de vidrio y elementos de la cultura japonesa. Una gran barra, sillones corridos, sillas en color azul marino y luces tenues completan la ambientación del local que tiene un notorio matiz romántico.

Qué probar

Con Lucas a la cabeza, el equipo de cocina propone recetas creativas. Recomendadas las gyozas de lomo saltado (con lactonesa de ajo negro, vegetales tatemados, chips de mandioca y fondo de lomo saltado), las ostras frescas (con ponzu cítrica, salsa criolla thai y furikake), el ceviche Kimchi (leche de tigre de rocoto y gochujang, trucha patagónica, pesca blanca y kimchi, el fermento de col asiática) y el tiradito de ají amarillo (con langostinos anticucheros, pesca blanca y chicharrón de pescado).

De las piezas de sushi fusión, obligado probar la variedad de nigiris (de carne de wagy con chalaca e hilos de papa, de trucha con salsa terinikkei y sésamo, de pesca blanca con mayo picante, salsa teriyaki y verdeo, de pulpo con salsa huancaína y chimichurri nikkei, entre otros), seguir con la selección de rolls, como el Satoshi (pesca blanca, rabas, palta, mayo picante, salsa terinikkei y furikake) u optar por los handrolls como el Trufado (trucha, aceite de trufa, lima y sal en escamas).

De postre, la sugerencia es ir por la marquise de chocolate al 70 %, con helado de lúcuma, salted caramel y garrapiñada de girasol con togarashi, o bien pedir el profiterol con diplomata de chocolate blanco, matcha y tierra de cacao, en una vistosa presentación.

Para el mediodía, ofrecen un plato especial y para las cenas, una buena alternativa es el menú Nekonómico que incluye cuatro platitos y una botella de vino a elección a un precio conveniente, ideal para compartir entre 2 o 3 personas.

La cava está compuesta de tintos, blancos, rosados y naranjos predominantemente de proyectos jóvenes y orgánicos, difíciles de encontrar en los canales de venta masiva. Pero la madame de la carta de bebidas son sus cocktails clarificados y versionados, en los que predominan los sabores tropicales, cítricos y picantes. Resulta interesante el Haku, inspirado en el clásico Old Fashion (whisky infusionado en aceite de sésamo y almíbar de salted caramel).

Una experiencia de cocina nikkei vanguardista bien lograda, en un espacio fresco y moderno.

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