En una declaración que vuelve a encender el debate sobre el rol de la inteligencia artificial en la vida cotidiana, el CEO de Meta, Mark Zuckerberg, aseguró que en el futuro “la mayoría de tus amigos serán chatbots de IA”. Esta afirmación, que plantea un escenario cada vez más cercano, refleja la apuesta de las grandes tecnológicas por una convivencia cada vez más estrecha entre humanos y máquinas.
Según Zuckerberg, los avances en inteligencia artificial permitirán desarrollar “amigos virtuales” capaces de brindar conversaciones significativas, compañía constante y una comprensión empática de las emociones humanas. Estos asistentes, entrenados con modelos conversacionales avanzados, no solo podrán recordar fechas importantes y ofrecer respuestas afectivas, sino también reconocer el estado emocional del usuario y adaptar sus respuestas en función del contexto personal.
“La IA puede convertirse en un tipo de compañía con la que siempre puedas contar, sin los desafíos que a veces presentan las relaciones humanas”, explicó el empresario. Este tipo de interacción podría resultar especialmente útil para quienes enfrentan soledad, aislamiento social o necesitan contención emocional inmediata.
La visión de Meta se alinea con el desarrollo de agentes conversacionales personalizados, que no solo cumplen tareas prácticas, sino que también asumen un rol afectivo en la vida de las personas. Ya existen ejemplos concretos: desde asistentes que ayudan a estudiar o trabajar, hasta modelos que simulan relaciones de amistad o pareja.
Sin embargo, este avance plantea interrogantes éticos y sociales. ¿Podrá una IA reemplazar el valor de una relación humana genuina? ¿Qué impacto tendrá esto en la salud mental, los vínculos reales y el desarrollo emocional de nuevas generaciones?
Zuckerberg, lejos de detenerse ante las críticas, apuesta por un futuro en el que los vínculos digitales no solo complementen, sino que en algunos casos reemplacen las interacciones tradicionales, rediseñando la forma en que entendemos la amistad.