Como resultado del desfinanciamiento a la obra pública que impulsa el gobierno de Javier Milei, se paralizó la construcción de los reactores nucleares CAREM-25 y RA-10, luego de que los operarios dedicados al proyecto fueran despedidos.
El secretario General de la UOCRA Seccional Zárate, Julio González, confirmó que alrededor de 100 puestos vinculados al prototipo del CAREM-25 fueron cesanteados por falta de financiación, lo que implica la paralización por tiempo indeterminado de los trabajos que se desarrollaban en la localidad bonaerense de Lima.
Ambos reactores eran los proyectos insignia de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA). El ingeniero industrial Eduardo Gigante, especialista en energía y litio, destacó que tanto el CAREM-25 como el RA-10, ubicado en el Centro Atómico Ezeiza, «son hijos de más de 70 años de historia nuclear argentina».»Su desfinanciamiento ocurre cuando más que nunca es necesario estar a la cabeza de este tipo de tecnología a nivel mundial, con la transición energética en pleno auge. Este error será caro para la nación», aseguró a través de un posteo en la red social X (antes Twitter).El sitio web de la CNEA remarca que el CAREM-25 «es el primer reactor nuclear de potencia íntegramente diseñado y construido en la Argentina», lo que reafirma al país «como uno de los líderes mundiales en el segmento de reactores modulares de baja y media potencia».

Una vez terminado, será capaz de generar 32 megavatios, con «una gran proyección para el abastecimiento eléctrico de zonas alejadas de los grandes centros urbanos o de polos fabriles e industriales con alto consumo de energía (incluyendo la capacidad de alimentar plantas de desalinización de agua de mar)».

Por su parte, el Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10 estaba destinado a asegurar «el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico, contando con capacidad para atender buena parte de la demanda de América Latina» y abriría «un nuevo horizonte de investigaciones en ciencias básicas y aplicaciones basadas en el uso de técnicas neutrónicas avanzadas».

Gigante señaló que el RA-10 le permitiría a la Argentina «comercializar silicio dopado por transmutación neutrónica, producto muy demandado mundialmente para la producción de chips de computadoras de alta potencia, y un sinfín de servicios a la ciencia y tecnología».

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