Un almuerzo o una cena deberían ser momentos de encuentro familiar, aunque muchas veces se convierten en “desencuentros” por el uso de la tecnología.
La situación planteada se repite más de lo que se cree y pone de relieve la importancia de repensar la utilización de los dispositivos, tanto por parte de adultos como de menores.
“Estas escenas de espacios sociales compartidos, muy marcadas hoy en los horarios de las comidas, en los que cada uno o algunos están absortos en su celular, es algo que trasciende a adultos o niños, y que claramente no está bueno”, sostiene el bahiense Sebastián Bortnik, especialista en tecnología y seguridad informática y autor del libro “Guía para la crianza en un mundo digital”.
“Es un hábito que nos está alejando. La idea de la tecnología es que nos acerque, no que nos aleje”, reflexionó.
“Amo, trabajo y estudié sobre tecnología, pero mientras todos estamos convencidos de que nos abre la posibilidad de conectarnos con gente que antes no podíamos, paradójicamente en el mundo las personas se sienten cada vez más solas y aisladas”.
En este sentido, describió que se estaría realizando una utilización inversa de la tecnología.
“Creo que tiene que ver con cómo la estamos usando. No es que cuando estoy solo la utilizo para estar con más gente, sino que cuando estoy con personas la uso para aislarme y estar solo. Es un hábito que genera mucho daño, porque la interacción social y analógica tiene un valor agregado muy importante para nuestra vida en distintos aspectos”.
Recientemente desarrolló en su cuenta de Instagram (@sebabortnik) una campaña denominada “Naveguemos Juntos”, con el apoyo de Meta y la ONG Movilizatorio.
“Cuando pregunté a los padres qué hábitos cambiaron en el uso de las tecnologías para dar el ejemplo frente a sus hijos, la respuesta que más salió es que no se usan más los celulares a la hora de comer”.
Describió también que atravesamos una época con gran oferta digital, de conectividad y con masificación del uso.
“Si preguntamos cuántos chicos de 8 años tenían celular hace una década y cuántos lo manejan hoy, estamos hablando de un cambio muy grande. Hay una exposición cada vez más grande y no es casual que estemos preocupados por estos temas”.
Falta de descanso
Una situación que preocupa es la falta de descanso de las personas, fundamentalmente los más jóvenes, producto de la utilización de dispositivos hasta altas horas de la madrugada.
“Hay estadísticas que asustan sobre lo mal que estamos durmiendo, con cifras menores que hace 20 o 30 años. Esto se nota en los adolescentes. Se recomienda para todas las personas que dos horas antes de dormir reduzcamos el uso de pantallas”, señaló Bortnik.
“Tenemos adolescentes que se duermen 1.30 o 2 de la mañana y a las 7.30 se levantan para ir al colegio, entonces eso provoca daños cognitivos, de aprendizaje, emocionales e inmunológicos. La evidencia sobre la importancia del sueño es abrumadora”, siguió diciendo.
Admitió que la situación es difícil de corregir, aunque al mismo tiempo opinó sobre la manera más efectiva de enfrentarla.
“A un adolescente no le iría a decir que lo deje dos horas antes de dormir, intentaría que primero lo guarde a las 12, y luego a las 11.30. Cuando queremos cambiar hábitos en la adolescencia debemos ser más sutiles y estratégicos, por eso todo lo que se pueda hacer previamente es mucho mejor”.
El especialista destacó la importancia de crear hábitos saludables desde pequeños acerca de la utilización y relación con la tecnología.
“Hay un problema de base si queremos instalarlos en la adolescencia. No es la mejor edad para construirlos. Si a un chico le empiezo a dar desde los tres años comida no saludable o gaseosa y a los 14 le digo que eso es malo y que habría que consumir menos, es un fracaso de manual. Los hábitos se construyen en otra etapa de la vida”.
El ejemplo
Destacó también el papel del control parental entre los 6 y 12 años, preparándolos para el momento de comenzar a tener espacios de autonomía en materia tecnológica.
Agregó además la importancia del diálogo y el ejemplo que se le brinda a los más chicos.
“El primer paso para que los chicos mejoren su relación con la tecnología es que nosotros la mejoremos primero”.
Una cuestión que cobró relevancia en el último tiempo es la ludopatía.
“Está relacionada con un montón de cosas que pasan. Las ludopatías son hijas de la adicción a las tecnologías. Es una situación más donde queda de manifiesto que los chicos están todo el día buscando o encontrando estímulos rápidos y adictivos”.
“Esto se da cuando juntás lo adictivo con la ansiedad y la instantaneidad y el valor que se le da al dinero, porque están viendo todo el tiempo en las redes a gente que viaja más o tiene mejor ropa, a la mínima oportunidad que aparece piensan, por ejemplo, que con la plata del almuerzo capaz que pueden hacer algo para comprarse la última camiseta de fútbol”, siguió diciendo.
Por último, sostuvo que “el primer paso para que los chicos mejores su relación con la tecnología es que nosotros la mejoremos primero. Veo a los adultos preocupados y hay que pasar al siguiente paso, que es mejorar los hábitos”.
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