El aguinaldo de diciembre llega este año con un cambio marcado en las prioridades de los trabajadores argentinos. En un contexto de ingresos ajustados, suba sostenida del costo de vida y consumo restringido, una proporción creciente de personas utilizará ese ingreso extra no para el ahorro ni el disfrute, sino para afrontar compromisos financieros pendientes.
Según un relevamiento nacional de la consultora Focus Market realizado sobre 3.875 casos, el 29% de los trabajadores planea usar el aguinaldo para pagar deudas, una cifra que más que duplica la registrada en 2024, cuando solo el 13% manifestaba esa intención. El dato refleja una tendencia que se profundizó a lo largo del año: el aguinaldo dejó de funcionar como un refuerzo para el consumo y pasó a convertirse en un recurso clave para sostener la economía cotidiana de los hogares.
El informe señala que tarjetas de crédito, préstamos personales, servicios, alquileres y gastos corrientes encabezan la lista de obligaciones que los trabajadores buscan cancelar o aliviar con el cobro del Sueldo Anual Complementario. La presión de los gastos fijos y la dificultad para llegar a fin de mes explican por qué cada vez más familias priorizan ordenar sus cuentas antes que destinar el dinero a compras postergadas o planes recreativos.
En paralelo, se observa una baja en el porcentaje de quienes planean usar el aguinaldo para ahorro, inversiones o viajes. La incertidumbre económica y la pérdida de poder adquisitivo empujan a una conducta más cautelosa, donde la estabilidad financiera inmediata se impone como objetivo principal.
El cambio de comportamiento evidencia el impacto directo de la coyuntura económica en las decisiones de los trabajadores y confirma que, para una parte significativa de la población, el aguinaldo ya no representa un ingreso extraordinario, sino una herramienta indispensable para atravesar el cierre del año con mayor previsibilidad.