Un alud sorprendió a la comunidad de Pascha, en la Quebrada del Toro, cuando una masa de barro y sedimentos descendió por la ladera y alcanzó la escuela albergue del paraje. El material arrastrado tapó por completo la puerta principal del edificio y parte del lodo llegó a ingresar a las aulas, obligando a suspender de inmediato las actividades.
Aunque el impacto fue considerable, no se registraron heridos entre los estudiantes ni el personal. Durante las primeras horas de la mañana, docentes, familias y vecinos comenzaron a remover el barro para habilitar un acceso alternativo y evitar que el edificio quedara totalmente incomunicado.
El hecho agrava una situación ya compleja: la escuela lleva meses funcionando sin acceso a agua potable, por lo que dependía del suministro manual desde fuentes naturales de la zona. Tras el alud, ese recurso quedó aún más comprometido debido a la turbidez provocada por el desplazamiento de sedimentos.
La caída del alud ocurrió tras días de lluvias intensas, que también afectaron rutas, viviendas y animales en distintos sectores de la Quebrada del Toro. Algunas familias permanecen aisladas y la comunicación terrestre continúa limitada.
La comunidad reclama intervención urgente del Estado para garantizar condiciones seguras, tanto estructurales como sanitarias, y prevenir nuevos episodios en una región donde los deslaves se han vuelto recurrentes. En paralelo, continúan las tareas de limpieza y evaluación de daños para definir cuándo podrá reanudarse la actividad escolar.