A pocos días de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el gobierno de Javier Milei se encuentra en una semana crítica que podría definir el futuro de su plan económico. La gestión intenta mantener la banda cambiaria superior estable, logrando una calma pasajera en los mercados, aunque la presión sobre el peso y la incertidumbre estructural siguen presentes.
El apoyo externo, en particular el swap de 20.000 millones de dólares acordado con Estados Unidos, aparece como un respaldo clave. Sin embargo, el propio Donald Trump condicionó su continuidad a una victoria del oficialismo en las elecciones, lo que agrega un factor de tensión adicional al escenario económico y político.
Analistas advierten que, aun con el respaldo financiero internacional, los problemas estructurales de Argentina —como déficit fiscal, inflación elevada y vulnerabilidad de las reservas— requieren medidas profundas que van más allá de la asistencia externa. La estabilidad cambiaria de estos días será determinante no solo para las expectativas del mercado, sino también para la capacidad del gobierno de ampliar su margen de acción en el Congreso y sostener su plan económico.
La semana entrante se perfila como clave: los resultados electorales marcarán si el gobierno logra mantener la confianza de los mercados y consolidar su estrategia, o si deberá enfrentar un escenario de mayor tensión financiera y política en los meses siguientes.