La salud mental en el entorno escolar, educativo o de cuidado es un tema crucial que ha ganado cada vez más visibilización y atención en las últimas décadas. Aunque ha cobrado relevancia en la escuela primaria y secundaria, sigue siendo una deuda pendiente con todo el alumnado y sus familias. La salud mental escolar o en ámbitos dedicados a lo educativo o al cuidado se refiere al bienestar emocional, psicológico y social de los niños, niñas y adolescentes, por más pequeños que sean, así como a su capacidad para afrontar situaciones, la posibilidad de relacionarse con el otro, y enfrentar los desafíos académicos y emocionales dentro del entorno donde se desarrollan.
Los problemas de salud mental entre los estudiantes de primaria y secundaria son bastante comunes. La prevalencia varía según el país, la región y otros factores socioeconómicos y culturales.
Los trastornos psicológicos pueden afectar la salud mental de los estudiantes y tener un impacto directo en su rendimiento escolar y bienestar general en el entorno educativo. Algunos de los trastornos psicológicos asociados con la salud mental escolar incluyen:
1. Trastorno de ansiedad: los estudiantes que los padecen pueden tener dificultades para concentrarse en clase, participar en actividades sociales y problemas para rendir en los exámenes debido a la preocupación constante y los síntomas físicos relacionados con la ansiedad.
Las altas expectativas académicas y la presión para tener éxito pueden contribuir a la generación de estrés y ansiedad (Getty Images)2. Depresión: puede provocar falta de energía, falta de interés en las actividades escolares y disminución del rendimiento académico. Los estudiantes que transcurren estados depresivos se sienten abrumados y tienen dificultades para cumplir con las tareas y las responsabilidades escolares.
3. Trastorno de la atención: muchos niños y niñas pueden tener dificultades para mantener la atención en clase, seguir las instrucciones y completar las tareas. Esto afecta su desempeño académico y las relaciones con los compañeros y maestros.
4. Trastornos del Espectro Autista (TEA): los niños que los presentan tienen dificultades para socializar, comunicarse y adaptarse a los cambios en el entorno escolar. Por ello necesitan de apoyos adicionales y adaptaciones para sostener su aprendizaje en entornos educativos.
5. Trastornos del ánimo: los estudiantes que los presentan pueden experimentar cambios extremos en el estado de ánimo, lo que puede afectar su comportamiento y rendimiento en la escuela y producir dificultades para mantener la concentración y participar en actividades escolares.
La identificación temprana de los signos de problemas de salud mental es crucial para una intervención temprana y efectiva (Freepik)6. Trastornos alimentarios como la anorexia o la bulimia: pueden afectar la energía y la concentración de los estudiantes. Además, pueden llevar a ausencias frecuentes debido a problemas de salud asociados.
7. Traumas: los estudiantes que los han experimentado pueden desarrollar trastornos de estrés postraumático (TEPT), lo que puede provocar flashbacks, pesadillas y ansiedad severa. Esto puede interferir con su capacidad para participar en actividades escolares y rendir en clase.
8. Las altas expectativas académicas y la presión para tener éxito pueden contribuir a la generación de estrés y la ansiedad y esto provoca una resistencia cada vez más fuerte a permanecer o a asistir a clases.
9. Los problemas dentro de ámbitos familiares, como el divorcio, la violencia intrafamiliar, el maltrato y el abuso o la falta de apoyo, en general también impactan en el rendimiento académico de los niños, niñas y adolescentes y pueden malograr su aprendizaje, retrasarlos y sumarle una nueva problemática a la vivida.
Los maestros son quienes pueden detectar con más celeridad la sospecha de que algo puede estar pasando y pedir la ayuda necesaria a los profesionales para tomar las medidas adecuadas (Marta Fernández / Europa Press)10. Ciberbullying. Otra problemática que ha ido en crecimiento, especialmente por la crudeza con que se la práctica es el acoso escolar, también en forma de ciberbullying, la discriminación por género, raza, diversidad corporal, etc. que impactan fuertemente en el psiquismo infantil y, por ende, influyen en su capacidad para llevar adelante el aprendizaje.
Por ejemplo, el estudio “Victimización del Bullying y Salud Mental en Adolescentes: Un Estudio Poblacional Prospectivo”, revela que los adolescentes que fueron víctimas de bullying experimentaron niveles más altos de síntomas depresivos y problemas de ansiedad en comparación con sus compañeros no acosados. Lo notable es que estos efectos negativos persistieron a lo largo del tiempo, destacando la importancia de abordar de manera efectiva el bullying para prevenir problemas de salud mental a largo plazo en los adolescentes.
Este estudio es un ejemplo de la creciente cantidad de investigaciones que demuestran la relación entre el bullying y la salud mental, lo que subraya la necesidad de intervenciones preventivas y de apoyo para proteger la salud emocional de los estudiantes desde los entornos educativos.
Existen numerosos estudios que han investigado los problemas psicológicos asociados con la salud mental escolar y el bullying. En “Efectos a largo plazo de la victimización por bullying: contexto social escolar y salud mental del adulto”, se examinó los efectos a largo plazo de la victimización por bullying en la salud mental de los adultos.
La discriminación por género, raza, diversidad corporal, etc. impactan fuertemente en le psiquismo infantil y, por ende, influyen en su capacidad para llevar adelante el aprendizajeLos investigadores encontraron que las personas que fueron víctimas de bullying en la infancia tenían un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental en la edad adulta. Además destacaron la importancia del contexto social escolar, como el apoyo de los profesores y compañeros, como un factor crucial en la mitigación de los efectos negativos del bullying en la salud mental a largo plazo.
Este estudio subraya la necesidad de no solo abordar el bullying directamente, sino también de crear entornos escolares solidarios y de apoyo para proteger la salud mental de los estudiantes a largo plazo.