El Ministerio de Salud Pública, apela a la responsabilidad social para la prevención de la salmonelosis, la cual es una de las enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) más frecuente, ya que es causada por bacterias del género Salmonella –que suelen vivir en los intestinos de animales y humanos, y se liberan mediante las heces.

En gran parte, esta infección se contrae a través de alimentos contaminados, algunos de los cuales son más sensibles a ser infectados con la bacteria que produce la salmonelosis:

• Carne cruda vacuna, de ave y de pescado. Las heces se pueden introducir en la carne cruda vacuna y de ave durante el proceso de matanza. Los mariscos y los pescados pueden estar contaminados si se obtienen de agua contaminada.

• Frutas y vegetales. Algunos productos agrícolas frescos pueden haber sido hidratados en el campo o lavados durante el procesamiento con agua contaminada con salmonela.

La contaminación también puede ocurrir en la cocina cuando los jugos de la carne cruda de res o de ave entran en contacto con alimentos sin cocinar, como las ensaladas.

• Huevos crudos. Si bien la cáscara del huevo puede parecer una barrera perfecta contra la contaminación, algunas gallinas infectadas producen huevos que contienen salmonela antes de que la cáscara se forme siquiera.

Correcto lavado y desinfección de frutas y verduras

Cuando la persona compra frutas, verduras u hortalizas, puede realizar las siguientes acciones de sanitización:

Verduras de hoja o tallo: (lechuga, acelga, espinaca, perejil, apio, etc.)

Retirar las hojas y los tallos externos sucios y lavar hoja por hoja bajo el chorro de agua. Escurrirlas bien.

Si no se puede realizar el lavado hoja por hoja, se debe higienizar la verdura bajo el chorro de la canilla y luego desinfectarla, sumergiéndola -entre 2 y 5 minutos- en una solución constituida por 3 litros de agua potable y una cucharadita de lavandina que sea “apta para desinfectar alimentos”.

Posteriormente, realizar un buen enjuague y si no se consumen de inmediato, refrigerarlas.

Es aconsejable cortar las verduras luego de la desinfección para evitar que los fluidos incrementen la cantidad de materia orgánica del agua, lo que podría disminuir el efecto desinfectante.

Frutas y verduras de cáscara dura: (manzana, palta, zapallo, zanahoria, etc.)

Lavar bajo el chorro de agua de la canilla por al menos 25 segundos, frotando la cáscara constantemente o usando un cepillo suave.

Secar la fruta o verdura con toalla de papel o un paño limpio y luego guardarlas.

Es recomendable consumir este tipo de frutas o verduras peladas y cocidas, cuando sea posible.

Verduras de cáscara blanda o verduras sin cáscara: (frutilla, uva, arándanos, champiñón, frambuesa, etc.)

Si están visiblemente sucias, lavar antes de su desinfección, sumergiéndolas en agua corriente.

Desinfectar, sumergiéndolas -entre 2 y 5 minutos- en una solución constituida por 3 litros de agua potable y una cucharadita de lavandina que sea “apta para desinfectar alimentos”.

Posteriormente, realizar un buen enjuague con abundante agua y dejar que escurra el exceso de agua. Si no se consumen de inmediato, refrigerarlas.

Verduras o tubérculos que se consumen cocidos (papa, batata, choclo, remolacha, etc.)

Lavar bajo el chorro de agua de la canilla por al menos 25 segundos, frotando constantemente o usando un cepillo suave.

Secar la verdura o tubérculo con toalla de papel o un paño limpio.

En el caso del choclo, remover las hojas antes de refrigerarlo.

Verduras crucíferas (repollo, brócoli, coliflor, etc.)

Eliminar las hojas externas y lavar el resto de la verdura directamente bajo el chorro de agua de la canilla. Se deben escurrir bien antes de guardarlas.

El repollo debe lavarse nuevamente después de ser picado o deshojado.

Es aconsejable el consumo de este tipo de verduras cocidas.

Prevenir y extremar cuidados al preparar la comida

Es importante que los consumidores tengan en cuenta los siguientes aspectos y recomendaciones para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos como la salmonelosis:

• Las carnes y pescados deben estar refrigerados o congelados.

• Es conveniente que rechacen los huevos que no estén etiquetados y los que no lleven fecha de consumo. Si están sucios o rotos no se recomienda su consumo.

• Evitar que las carnes puedan escurrir sobre otros alimentos destinados al consumo en crudo.

• No partir los huevos en los bordes de los recipientes donde vayan a ser batidos y emplear dicho recipiente únicamente para esa operación.

• No separar las claras de las yemas aprovechando la propia cáscara del huevo.

• Evitar comer huevos crudos o alimentos donde el huevo no esté completamente cocido.

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