En este sentido, el 42% de los trabajadores argentinos afirmó que dejaría su empleo si no le ofreciera oportunidades de desarrollo profesional, 7 puntos porcentuales por encima de la media global (35%), y tan solo el 24% de los consultados aseguró ser feliz en su trabajo y no desear ningún tipo de desarrollo en su carrera. En este punto, la diferencia con las cifras globales cambia, donde el 39% de los encuestados aseguró ser feliz en su trabajo y no tener mayores ambiciones de carrera.
El estudio de Randstad también indaga acerca de la libertad que sienten los trabajadores para poder expresar a sus empleadores sus ganas de progresar y ascender profesionalmente. En este sentido, el 50% de los argentinos aseguró poder hablar abiertamente con su empleador sobre sus deseos de crecimiento, cifra que supera en 4 puntos porcentuales a la media global (45%).
La importancia del equilibrio
El paso de la pandemia dejó como saldo una reconfiguración de prioridades y la mayor conciencia que han desarrollado las personas sobre el rol que quieren que el trabajo tenga en sus vidas y esos cambios llegaron para quedarse. En este sentido, el 60% de los trabajadores argentinos asegura que no aceptaría un trabajo que afectara negativamente el equilibrio entre su vida personal y laboral, superando en 3 puntos porcentuales a la media global (57%).
Asimismo, el 59% de los argentinos asegura que su vida personal es más importante que la laboral (57% global) y el 44% afirma que dejaría un trabajo si le impidiera disfrutar de la vida (48% global).
“Los cambios en las expectativas y la nueva configuración de las ambiciones de carrera son factores a los que las organizaciones tienen que prestarle atención para en primer término decodificar y entender, para luego poder adaptar las propuestas de valor frente a las nuevas demandas y requerimientos del talento”, agregó Andrea Ávila.

