La soja tuvo su segunda fuerte caída consecutiva y si bien no compromete en profundidad el ingreso de divisas a futuro, es un problema para la acumulación de reservas.
Al principio la baja fue solo de la soja y no afectaba demasiado. Pero cuando alcanzó a los derivados, harinas y aceites, el panorama se complicó porque son los productos que exporta la Argentina. El país no vende el grano sin elaborar. Por el contrario, a veces debe importarla para darles valor agregado.
El analista financiero y experto en agronegocios, Salvador Vitelli, señaló que “la caída en lo que es aceite y harina de soja es una golpiza fuerte para la Argentina que se agrava por la elevada presión fiscal y el tema cambiario”.
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