La jornada electoral en la provincia de Buenos Aires dejó una secuela inmediata en la economía cotidiana: un marcado encarecimiento de alimentos y artículos de primera necesidad. Distintos relevamientos privados y organizaciones sociales coinciden en que, tras la disparada del dólar, los productos de consumo masivo registraron aumentos que en algunos casos superan el 50 %.
Según un informe del Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno, los artículos que habían quedado fuera de los programas de control oficial son los que más se encarecieron. El arroz, el yogur y las pastas secas exhiben variaciones superiores al 250 % desde mediados de año, mientras que el azúcar, la leche, el pan y el pollo aumentaron con fuerza en los últimos días en supermercados y almacenes de barrio.
La situación se repite en comercios de cercanía, donde la falta de controles genera incrementos más abruptos. Allí, vecinos del conurbano denunciaron que el kilo de pollo subió más de mil pesos en menos de una semana, mientras que la leche y el pan registraron saltos de entre 200 y 300 pesos por unidad.
Los analistas advierten que el fenómeno no solo impacta en la mesa de las familias, sino también en el consumo general, que podría desplomarse si la tendencia continúa. Con salarios que no acompañan la escalada de precios, la preocupación se traslada a un escenario de mayor recesión y pérdida del poder adquisitivo.