Juan Martín del Potro volvió a aparecer en la vida pública en Miami, la ciudad en la que eligió permanecer la mayor parte del tiempo de sus días ya cerca de su retiro. Lejos de las canchas, las luces y los micrófonos busca conciliar su nueva vida con los frutos que le dejó su gran carrera como tenista, en un nuevo camino que se abrió luego de bajar de la autopista del éxito deportivo.

A pesar de las lesiones, su trayectoria se mezcló con las de Federer, Nadal y Djokovic (por orden de aparición), el tridente sindicado como el más grande de la historia del tenis

Atrás quedó su sueño del retiro en un torneo grande, como lo imaginara hace 12 meses atrás, despidiéndose en el Abierto de los Estados Unidos. Tampoco muestra desesperación por insertarse de cualquier modo en el mundo del tenis, aunque admite que es parte de un trabajo que se hace duro. Desde sus 2 metros de altura, el horizonte se ve diferente y lo espera, luce tranquilo, medido y dispuesto a darse las oportunidades que su nueva vida le solicite.

— Después de tanto tiempo fuera de la Argentina, la primera pregunta que surge es cómo la estás llevando acá, porque es muy distinto a estar en la Argentina…

— Sí, sí, es distinto, bien distinto, pero estoy bien, cómodo, tranquilo. Pero también es distinto el rol que tengo en un torneo de tenis (se sonríe). Aunque, la verdad, es que puntualmente el Miami Open y el US Open siempre fueron lugares muy especiales para mí, así que vengo con alegría. Acá me tratan muy bien.

"El Miami Open y el US Open son torneos especiales para mí" (Foto: Franco Fafasuli)«El Miami Open y el US Open son torneos especiales para mí» (Foto: Franco Fafasuli)

— ¿Extrañás?

— Obviamente que cada uno que me pregunta: “Che, ¿volvés?”, “¿No volvés?”, o me gritan “te extrañamos”, se me remueven bien adentro las emociones. Pero bueno, como suelo decir, estoy trabajando en encontrar mi nuevo rol en este ambiente y empezando a entender que… bueno, cuando se terminan caminos se abren otros nuevos y que así es la vida.

— ¿Qué extrañás de esa vida de tenista?

— Yo creo que se extrañan, sobre todo, las cosas lindas que tenía el mundo del tenis para mí, ¿no? Porque yo, por lo general, extraño toda esa parte y no tanto la de los viajes o la parte de la rutina.

— ¿Eso era lo que te fastidiaba?

— Y, sí, pero hay que hacerlo. Mirá, el viernes que llovió, veía cómo caía la lluvia y pensaba cómo estarían los chicos acá. Recordaba que te tenés que quedar en el vestuario, el tiempo no se te pasa más y todo se te hace eterno, es un embole. Eso, justamente eso, seguro, no lo extraño. Mientras pasaba eso (sonríe), yo estaba comiendo un helado en mi casa diciendo: “¡Pobre pibe!”. Pero ya lo sé, ya está.

— ¿Ya está?

— Mirá, como te digo, estoy trabajando todo esto para recordar lo lindo del tenis, de buena manera y que no me afecte. Pero lleva su tiempo, es un proceso que hay que trabajarlo día a día.

Del Potro en el Brazilian Grand Prix  de la F1. REUTERS/Amanda PerobelliDel Potro en el Brazilian Grand Prix de la F1. REUTERS/Amanda Perobelli

— ¿Te dan ganas de volver?

— Y, a veces extraño, a veces quiero volver, a veces no. Un día estoy mejor, otros no tanto, pero bueno, hay que transitarlo.

Juan Martín apareció vestido de negro, siempre muy bien presentado. Llegó para oficiar de barman durante el Miami Open, conversó con algunas de las personas en el lugar y se quedó un rato junto al Bebe Auguste, ex N°1 del pádel mundial, afincado en España hace dos décadas. La gente lo reconoce y mantiene su admiración por él, y le hubiese sido imposible desplazarse por el predio sin los guardianes que le pusieron alrededor. De todos modos, tuvo tiempo para varias fotos con los fans.

Es que Del Potro, a pesar de las lesiones, resplandeció en medio de las carreras de Roger Federer, Rafael Nadal y Novak Djokovic (por orden de aparición en el mundo y en el tenis), el tridente sindicado como el más grande de la historia del tenis.

— Vos que competiste contra ellos, ¿tenés claro quién fue el mejor de la historia?

 Creo que cada uno tuvo su momento y su superficie. Hasta 2009, Federer resultaba imbatible (ese año Del Potro lo venció en la final del US Open) y Nadal era el mejor en polvo de ladrillo, pero es cierto que Djokovic es el que más Grand Slams ha ganado. La discusión se acaba con algún Grand Slam más para él.

El argentino venció a Roger Federer en la final del US Open 2009.     REUTERS/David Gray El argentino venció a Roger Federer en la final del US Open 2009. REUTERS/David Gray

— Volviendo a vos, y de cara al futuro, ¿cómo te ves, cómo te visualizás?

— Estoy como dejando que la vida me sorprenda un poco, también, ¿no? Trato de hacer cosas y hago muchas cosas. Terminé en un proyecto de pádel, ahora me voy con los juniors (es embajador del Junior Roland Garros), hago este tipo de actividades de presentación para marcas y charlas. Por otro lado, mucha gente (jugadores) me llama para que la ayude un poco con el saque o me pide que lo guíe en una cosa o que precisa diferentes colaboraciones en otras. Y así voy, entre otros proyectos más que tengo. Pero dejando que las cosas también fluyan. Y, ya que hoy tengo tiempo para un montón de esas cosas, por suerte, entonces trato de aprovecharlo.

— ¿Y la familia?

— Mi familia está bien, está en Tandil, siempre voy. Cada vez que puedo y estoy en Argentina, siempre lo dije, es mi lugar en el mundo y eso me hace extrañarlo cuando estoy en cualquier otro lugar, también.

Juan Martín ingresó al Hard Rock Stadium para ver el match entre Carlos Alcaraz y Gael Monfils. “Puede estar bueno ese partido. Si Monfils está un poco inspirado va a ser un partido entretenido”, le adelantaba a Infobae, anticipando su presencia en ese encuentro, que terminaría con un contundente triunfo del español por 6-2 y 6-4.

Su asiento estaba cerca de los fotógrafos, quienes inmediatamente voltearon sobre él. La televisión dio cuenta de su presencia en ese enorme recinto y, una vez más, Del Potro volvió a sentir el calor del público en su cuerpo, ése que le “remueve bien adentro las emociones”.

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