La contracara de este incremento es su potencial recaudación, en el marco de una discusión fiscal que el Gobierno prometía saldar en el Congreso de la Nación. Retirado el capítulo que en la Ley Ómnibus hacía referencia a la composición estratégica del déficit financiero 0%, el oficialismo analiza alternativas por fuera de la baja del gasto que permitan superar el traspié. En ese sentido, Nadin Argañaraz, titular del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), destaca que el valor real del impuesto a los combustibles cayó un 85% entre diciembre de 2018 y el mismo mes de 2023. Con su actualización, la Nación podría juntar recursos extras por 0,37% y las provincias por 0,15%. Pero puede costar caro: para Rojo, el congelamiento del tributo “genera una gran pérdida de recaudación por no actualizarse” tal que, en términos reales, se paga menos del 8% de lo que se pagaba en 2017. Para volver a esos valores, “habría que sumarle casi $350 por litro de nafta/gasoil.”

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