La posibilidad de tomarse unos días de descanso vuelve a quedar fuera del alcance de la mayoría de los hogares. Un relevamiento del Programa de Estudios de Opinión Pública (PEOP) de la Universidad Abierta Interamericana muestra que el 57% de las personas no planea salir de vacaciones, un porcentaje que supera en cinco puntos al registrado el año pasado.
Según el informe, las razones económicas vuelven a ubicarse al tope de las explicaciones: la pérdida de poder adquisitivo, el encarecimiento del transporte y la dificultad para cubrir gastos básicos dejan prácticamente sin margen para pensar en viajes. Para muchas familias, las prioridades se reducen a lo esencial y las vacaciones aparecen como un lujo imposible.
Entre quienes sí anticipan algún tipo de salida —apenas un 25,5%— predominan las opciones de bajo costo: viajes cortos, destinos cercanos, estadías más breves y el uso de ahorros o del aguinaldo para poder costear la escapada. Un 17,5% aún no definió si podrá viajar, condicionado por la evolución de sus ingresos en los próximos meses.
La encuesta funciona como un termómetro del momento económico: mientras algunos destinos turísticos registran movimiento durante los fines de semana largos, la mayoría de la población vive una realidad distinta, marcada por la inestabilidad salarial y el ajuste cotidiano.
En ese contexto, el descanso anual deja de ser una tradición para convertirse en una experiencia cada vez más restringida. El dato central del estudio lo resume con claridad: para más de la mitad de los argentinos, las vacaciones quedaron fuera del presupuesto.