Poseen moderna tecnología led, mayor brillo en horarios nocturnos, controlador inteligente, semáforos peatonales y cuenta regresiva en los pescantes aéreos para un mejor control.
La falta de respuesta anímica, es decir, de garra, y la ausencia de liderazgo hicieron reales los temores que le ponían un asterisco al buen juego y la confianza con que llegaba el plantel al Mundial Francia 2023: mentalmente no mostró ser un equipo fuerte. Repuestos del duro golpe, todavía les queda un largo camino por recorrer y la posibilidad de cumplir su objetivo de llegar lejos sigue latente. Los rivales que aparecen en el camino a los cuartos de final no son de temer. El enemigo más peligroso está dentro de sus mentes.
El primer escollo rumbo a la recuperación es Samoa, el rival de de este viernes a las 17.45, que serán las 12.45 de la Argentina. Un conjunto fuerte y aguerrido, aunque inferior al argentino en todas las facetas del juego. Si bien tiene la capacidad de complicarlos, un rendimiento aceptable de los argentinos sería suficiente para superar la prueba. La primera meta es ganar, ya que una derrota equivaldría, virtualmente, a volverse de la Copa del Mundo antes de tiempo, más allá de que matemáticamente todavía habría chances. La segunda es reencontrarse con su funcionamiento, desde cuestiones básicas, como la solidez de las formaciones fijas, hasta otras más complejas, como la fluidez del ataque. La conjugación de ambos confluiría, de materializarse, en el restablecimiento del ánimo y la confianza, uno de los mayores activos que habían exhibido los Pumas a lo largo del ciclo de Michael Cheika. En definitiva, necesitan soltar esas ataduras mentales que los condicionaron en su presentación en Marsella, donde Inglaterra los venció por 27 a 10 el viernes 9.
Se espera una mayoría de argentinos en los 42.000 asientos que posee el estadio Geoffroy Guichard. No obstante, todavía no se hicieron notar, en parte por la lluvia que los recibió el jueves y en parte porque la mayor porción optó por hacer base en Lyon, a una hora en tren de aquí y dotada de más atractivos turísticos. Por esas razones, no se hizo, como sí lo hubo en Marsella, el clásico banderazo de apoyo. Al aliento deberán ganárselo los jugadores con lo que transmitan desde la cancha.
La disposición de los jugadores, tanto como el discurso de los entrenadores en estos 12 días que transcurrieron entre un partido y otro, da cuenta de que no habrá cambios estructurales. Un paréntesis que vino bien para despojarse del lastre que dejó la derrota y para recuperarse en pleno físicamente. Las modificaciones entre los 23 procuran, además de cuidar a lesionados (el caso de Tomás Lavanini), dotar de liderazgo al equipo, eso que brilló por su ausencia en el estreno. Matías Moroni como titular, Tomás Cubelli y Nicolás Sánchez al banco. En cuanto al planteo, se espera que los Pumas jueguen un poco más tácticamente, poniendo la pelota en territorio del rival y sin arriesgar innecesariamente atrás de la línea punteada de 40 yardas, algo que pagaron muy caro frente a Inglaterra. Sobre todo, si no están finos con el manejo de la pelota. Después, con el correr de los minutos, a medida que vayan afirmándose en el marcador y sintiéndose cómodos en el partido, si es que eso ocurre, sí podrá haber espacio para el atrevimiento.
Las premisas son claras: solidez en las formaciones fijas, agresividad en defensa, velocidad de liberación de pelota en el ruck y disciplina. Eso solo les alcanzaría a los Pumas. Históricamente Samoa es un conjunto poderoso físicamente y muy combativo. Los argentinos los sufrieron en dos mundiales consecutivos, Inglaterra 1991 y Sudáfrica 1995, y también en el último enfrentamiento en un test match, en 2005. La única victoria en los cuatro enfrentamientos entre ambos llegó en Gales 1999, cuando luego de un primer tiempo adverso los argentinos dieron vuelta el marcador y consiguieron un triunfo que les permitió pasar de rueda por primera vez.
Si bien Samoa no resigna su esencia, las nuevas reglas que penalizan fuertemente el tackle arriba y el tackle a destiempo le cercenaron una de sus principales armas de intimidación. Sin embargo, en los últimos años los isleños compensaron con mayor orden y con estructura. Contra backs que son titulares en las principales ligas de Europa, no errar el primer tackle va a ser vital. Luego, es un seleccionado que sumó mucha experiencia con la incorporación de algunos jugadores que tienen pasado en All Blacks (Steven Luatua y Charlie Faumuina) y Wallabies (Christian Leali’ifano), pero eso lo hace también un equipo veterano y, en consecuencia, lento. Aunque tuvo una buena preparación, con una victoria sobre Japón y una derrota ajustada ante los suplentes de Irlanda, no mostró un buen rendimiento en su presentación en el Mundial, frente a Chile.