Como ya lo había anticipado, y luego de cumplir su promesa de cerrar la agencia de Noticias Télam, el presidente Javier Milei va por más: ahora dejó entrever sus intenciones de «tirar abajo» el CONICET y privatizar la TV Pública y Radio Nacional. Lo hizo a través de sus redes sociales, específicamente con sus ya habituales «me gusta» a diversos tuits de seguidores que agitaban el fin de estas instituciones estatales.

«Si con el cierre de Telam estoy teniendo picos de éxtasis, realmente no me imagino lo que me pueda provocar cuando tiren abajo medio ÑOQUICET. Esa realmente es la madre de todas las batallas. Ahí hay que entrar con la motosierra y purgar con gusto», rezaba uno de los posteos a los que el Presidente le dio su visto bueno.

En esa misma línea, sumó otro like a un usuario que planteaba que «la TV PUBLICA y RADIO NACIONAL deben ser PRIVATIZADAS, no cerradas», porque, según consideró el ignoto seguidor libertario, «las frecuencias de radio y tv tienen mucho valor».

De este modo, Milei volvió a la carga contra los organismos estatales, a los que ya había señalado y criticado tiempo atrás, casi de manera recurrente. A poco de consagrarse como el ganador del balotaje presidencial, en una de sus primeras entrevistas, el mandatario de ultraderecha ya había revelado sus intenciones sobre el futuro de los medios públicos.

Por aquel entonces, consideró que la TV Pública “se convirtió en un mecanismo de propaganda. No adhiero a las prácticas de tener un ministerio de Propaganda encubierto. Debe ser privatizada, igual que Radio Nacional”, disparó para dejar en claro su postura. Y agregó: “Todo lo que pueda estar en manos del sector privado lo va a estar. Télam (la agencia de noticias del Estado) también”.

Con palabras casi idénticas, y con el mismo desprecio, se refirió al CONICETla máxima institución científica nacional fundada en 1958, que prometió cerrar. «Eso que quede en manos del sector privado», afirmó Mieli cuando fue consultado sobre los futuros recortes de su Gobierno

Y apuntó contra lxs investigadores y científicxs, desmereciendo su labor: «¿Qué productividad tiene? ¿Qué han generado?». «Que se ganen la plata sirviendo al prójimo como lo hace la gente de bien», manifestó.

A casi tres meses de su gestión, una de esas amenazas se convirtió en realidad: luego de anunciarlo el pasado viernes, en ocasión de la apertura de sesiones del Congreso, este lunes se comunicó oficialmente el cierre de la agencia de noticias del Estado. 

Más de 700 trabajadores fueron cesanteados sin previo aviso, el sitio web de noticias y el servicio de cables fueron suspendidos, y se armó un vallado en la puerta del edificio, ubicado en la calle Bolívar 531, con custodia de la Policía Federal y de la Ciudad, para impedir el ingreso del personal.

La medida generó el rápido repudio de amplios sectores periodísticos, sindicales y políticos, pero también una veloz justificación desde la propia Casa Rosada y sus aliados incondicionales del PRO. Incluso, el propio Presidente celebró en tono burlesco la decisión, repartiendo likes a «troche y moche» de quienes se regocijaban con el cierre de la agencia nacional.

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