La Organización de las Naciones Unidas (ONU) denunció que la distribución de ayuda humanitaria en Gaza se ha transformado en una “trampa mortal” para la población palestina. La declaración se dio luego de varios incidentes en los que civiles hambrientos fueron asesinados mientras intentaban acceder a comida.
En la última semana, al menos 102 palestinos murieron y casi 500 resultaron heridos cerca de centros de distribución administrados por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), una entidad respaldada por Estados Unidos e Israel. Uno de los episodios más graves ocurrió en Rafah, donde 27 personas fueron asesinadas y casi 200 quedaron heridas cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego en las inmediaciones de un punto de reparto.
Las autoridades israelíes argumentaron que los soldados actuaron al sentirse “amenazados” por los civiles, quienes presuntamente se desviaron de las rutas establecidas. Sin embargo, organismos internacionales calificaron la militarización de la entrega de ayuda como un acto inaceptable, y advirtieron que podría tratarse de crímenes de guerra.
El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su indignación: “Estoy horrorizado por los informes sobre palestinos muertos y heridos mientras buscaban ayuda en Gaza. Es inaceptable que los palestinos arriesguen sus vidas por comida”.
Aunque la GHF logró distribuir más de cinco millones de comidas, el bloqueo impuesto por Israel desde marzo impide el ingreso de combustible, medicamentos y artículos de higiene. Esta situación paralizó hospitales, ambulancias y servicios básicos, profundizando aún más la emergencia humanitaria.
La ONU y distintas organizaciones internacionales exigen una investigación independiente y la apertura de corredores humanitarios seguros para asistir a una población que enfrenta hambre extrema y condiciones de vida desesperantes.