Un informe del relator especial de la ONU sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, Olivier De Schutter, encendió las alarmas al señalar que las políticas económicas impulsadas por el gobierno de Javier Milei están siendo sostenidas, en gran parte, por las personas en situación de pobreza.
El documento, titulado “El populismo de ultraderecha y el futuro de la protección social”, analiza el avance de las derechas radicales en distintas regiones del mundo y detalla cómo los recortes en la asistencia social, acompañados de discursos de meritocracia y sanción, profundizan las desigualdades.
Según el texto, en la Argentina se observa una tendencia a trasladar el peso del equilibrio fiscal hacia los sectores más vulnerables mediante la reducción de programas sociales, la restricción en la entrega de alimentos a comedores y la revisión punitiva de beneficios. Estas medidas —sostiene el informe— se justifican con una retórica que asocia la ayuda estatal con la “dependencia”, cuando en realidad su eliminación genera más exclusión y pobreza estructural.
La ONU advierte además que este tipo de políticas refuerza una narrativa de enfrentamiento entre los propios sectores populares, alimentando la idea de “pobres contra pobres”, mientras se desmantelan mecanismos de contención social. En ese sentido, el informe señala que la asistencia no puede considerarse un privilegio ni una carga para el Estado, sino un derecho que garantiza cohesión y estabilidad social.
El relator insta a los gobiernos a rediseñar sus sistemas de protección bajo un enfoque de derechos humanos, equitativo y universal. De Schutter enfatiza que los ajustes fiscales no pueden realizarse a costa de los más desfavorecidos, ya que eso erosiona la confianza pública y debilita la democracia.
En el caso argentino, el informe sugiere que las actuales medidas de austeridad corren el riesgo de profundizar la pobreza y la desigualdad, y de consolidar un modelo en el que el equilibrio de las cuentas públicas se logra a través del sacrificio de quienes menos tienen.