Aunque parezca una cuestión de simple cortesía, decirle “gracias” y “por favor” a ChatGPT y otras inteligencias artificiales puede tener implicancias más profundas de lo que parece. Recientemente, Sam Altman, CEO de OpenAI, afirmó que estas expresiones de amabilidad generan un costo millonario para la compañía, ya que cada palabra que se escribe e interpreta requiere procesos computacionales complejos que consumen recursos y energía.
El uso innecesario de frases corteses, aunque bienintencionado, incrementa la carga de trabajo en los servidores. Esta demanda de procesamiento, multiplicada por millones de usuarios, se traduce en un consumo energético elevado, lo que representa no solo un gasto económico, sino también un impacto ambiental.
Por otro lado, investigaciones de la Universidad de Cornell señalan que un tono moderadamente educado en las consultas puede influir positivamente en la calidad de las respuestas de la IA. Sin embargo, ser excesivamente cortés no mejora la eficacia de la interacción. En cambio, el modelo responde mejor a indicaciones claras y directas.
Además, algunos expertos en comportamiento humano advierten que dejar de utilizar formas de cortesía incluso con inteligencias artificiales podría influir negativamente en la forma en que nos comunicamos en la vida real. “Mantener los buenos modales, aunque sea frente a una máquina, puede reforzar hábitos positivos en nuestras relaciones cotidianas”, afirman desde el sitio *La.