Un equipo de científicos liderado por el investigador argentino Rodrigo Nores descubrió un linaje genético exclusivo del centro del país, con una antigüedad estimada en 8.500 años. El hallazgo, publicado en la revista Nature, confirma que este componente ancestral aún persiste en habitantes actuales de la región, marcando una continuidad biológica inusual en la historia de América del Sur.
El estudio se basó en el análisis de ADN antiguo obtenido de restos humanos hallados en diferentes sitios arqueológicos, que abarcan desde el Holoceno temprano hasta épocas recientes. Los resultados revelan que, a diferencia de otras zonas del continente donde se registraron reemplazos poblacionales, en el centro argentino hubo una estabilidad genética que se mantuvo durante milenios.
Este linaje, distinto de las ascendencias andina, amazónica y patagónica, se desarrolló de forma independiente y se expandió hacia distintas regiones del país. Según los especialistas, representa una pieza clave para comprender los orígenes y la diversidad genética de las primeras poblaciones sudamericanas.
El descubrimiento refuerza la idea de que el territorio argentino no solo fue un punto de paso en las migraciones prehistóricas, sino también un núcleo de desarrollo humano sostenido, cuyas huellas aún se conservan en la genética de sus descendientes.