La regla “Dibu Martínez”, tal como la bautizaron en Europa tras la consagración de la selección argentina en el Mundial de Qatar, es oficial. Las modificaciones a las normas propuestas por la International Board (IFAB) entraron en vigencia el sábado 1° de julio, y una de ellas, la N° 14, es la que alude a lo que pueden hacer los arqueros durante la ejecución de un penal.

Se sabe, el guardameta del Aston Villa, de 30 años, tiene como una de sus virtudes su fuerte personalidad para ablandar adversarios antes de los remates desde los 12 pasos y su intuición para atajarlos. Pues bien, ahora estará más limitado. Aunque es justo decir que el grueso de lo que subraya la regla ya estaba indicado en el reglamento, sólo que en esta oportunidad se le pone mayor énfasis en no permitir que el guardameta desoriente con malas artes al pateador. Siempre estará atado al criterio del árbitro si esto efectivamente sucede.

“El guardameta no se comportará de manera que distraiga de forma antirreglamentaria al ejecutor del penal. Por ejemplo, no retrasará la ejecución del penal, ni tocará los postes, el travesaño o la red de portería”, resalta el espíritu de la norma. “Se aclara que, con su conducta, el guardameta no faltará el respeto al fútbol ni al adversario”, añade.

Otro ítem que se sostiene es que el portero debe tener los dos pies sobre la línea del arco al momento de enfrentar al ejecutor. Ahora bien, ¿la regla efectivamente está inspirada en Dibu Martínez? La realidad es que no. Si bien los artilugios del argentino resultaron efectivos en la Copa América y ante Países Bajos y Francia en el Mundial? El guardameta en el que se basaron los cambios es Andrew Redmayne, de Australia, luego de sus “bailes” en el repechaje ante Perú, por una plaza en Qatar 2022.

Redmayne, suplente del capitán Ryan, ingresó en el final del alargue en aquella serie con una única misión: brillar en los penales con su excéntrico estilo. Así, distrajo a Luis Advíncula en el remate que dio en el palo y luego contuvo el decisivo ante Álex Valera, arrojándose a su derecha. Hoy, sus modos serían ilegales, empezando con que con su baile elevaba una de sus piernas y sólo uno de sus botines tomaba contacto con la línea.

Volviendo al Mundial, Dibu Martínez supo ser amonestado por sus juegos psicológicos y actitudes en los penales, lo que marca que la recomendación de sanción ya existía. “Yo ya atajé los que tuve que atajar. No sé si voy a volver a atajar un penal de acá a 20 años, capaz que no, pero los que tuve que atajar en la Copa América y en el Mundial los pude atajar y ayudar al equipo a ganar, con eso ya me alcanza”, dijo el ex Independiente en abril, ante la inminencia de la instauración de la regla.

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