El Gobierno implementará desde el lunes un mecanismo para contener la liquidez que quedará en el sistema tras una licitación de deuda que no logró cubrir todos los vencimientos. La Secretaría de Finanzas renovó apenas una parte de los compromisos, dejando alrededor de 6 billones de pesos libres en el mercado.
Para evitar que esos fondos generen presión sobre la inflación y el dólar, se aplicará un esquema de encajes reforzados y se prevé la colocación de nuevos instrumentos de deuda que absorban el exceso de liquidez. La medida, comparada con un “corralito” por su efecto de restringir temporalmente el flujo de dinero disponible, busca estabilizar las tasas de interés y reducir riesgos financieros inmediatos.
Especialistas advierten que este tipo de control puede limitar el crédito al sector privado y encarecer préstamos, aunque desde el Gobierno destacan que la acción es necesaria para mantener la estabilidad del sistema bancario mientras se ajustan las condiciones del mercado. La estrategia se complementará con nuevas licitaciones y operaciones del Banco Central para garantizar que la circulación de dinero no descontrole los precios ni afecte la confianza en el peso.