La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) advirtió que en los últimos doce meses el país perdió más de 16.000 kioscos, lo que dejó el total de locales por debajo de los 100.000. Según su vicepresidente, Ernesto Acuña, el fenómeno responde a una combinación de caída del consumo, inflación sostenida y aumento de los costos fijos, lo que vuelve inviable la continuidad de muchos negocios.
La crisis no solo afecta a la rentabilidad de los propietarios, sino que también impacta en el empleo y en la vida cotidiana de los barrios, donde estos comercios cumplen un rol social como puntos de encuentro y abastecimiento rápido. Desde el sector alertan que, sin medidas de alivio fiscal y estímulo al consumo, la tendencia de cierres podría acelerarse en los próximos meses.