La reciente aprobación de la eutanasia en Uruguay reavivó el debate en la Argentina, donde un nuevo proyecto de ley busca habilitar la práctica bajo condiciones médicas controladas. La iniciativa, presentada en la Cámara de Diputados, propone que las personas mayores de edad, en pleno uso de sus facultades mentales y que padezcan enfermedades incurables o sufrimientos físicos y psíquicos intolerables, puedan solicitar asistencia médica para poner fin a su vida de manera voluntaria.
El proyecto contempla la intervención de un equipo interdisciplinario y establece controles éticos y sanitarios estrictos. Además, garantiza el derecho del profesional médico a negarse por razones de conciencia. Según sus impulsores, el objetivo es reconocer la autonomía de las personas frente al sufrimiento irreversible y dar un marco legal a situaciones que hoy se desarrollan en la clandestinidad.
La propuesta surge en un contexto regional marcado por el avance uruguayo, que convirtió a ese país en el primero de América Latina en legalizar la eutanasia. En Argentina, sin embargo, el tema genera posiciones enfrentadas: mientras sectores progresistas lo consideran un paso hacia el respeto pleno de los derechos individuales, grupos religiosos y parte del arco conservador advierten sobre los riesgos éticos y morales que implicaría su aprobación.
El proyecto será debatido en comisiones del Congreso en los próximos meses, en un escenario donde la discusión promete dividir aguas y reabrir uno de los dilemas más profundos de la medicina moderna: el derecho a decidir sobre el final de la propia vida.