El precio de los combustibles volvió a ser noticia en la primera quincena de agosto. En apenas unos días, la Nafta Súper subió cerca de $50 por litro, acumulando un incremento que impacta con fuerza en los gastos de transporte y en el costo de vida.
El movimiento de precios ha sido constante y vertiginoso: en menos de dos semanas se aplicaron al menos tres ajustes en el surtidor. La Nafta Infinia y los distintos tipos de diésel también se encarecieron, con subas que en algunos casos rozaron el 5 %.
Entre los factores que impulsaron los aumentos se encuentran la actualización parcial de impuestos nacionales al combustible, la presión del dólar y el comportamiento del mercado internacional del crudo. A esto se suma la política de ajustes dinámicos de las petroleras, que aplican cambios en función de la región y la demanda.
Mientras tanto, los usuarios sienten la inestabilidad como una verdadera montaña rusa: el precio del litro sube de manera sorpresiva y no descartan que en lo que resta del mes pueda haber nuevas modificaciones.