Según datos oficiales del INDEC, en febrero los sueldos de los trabajadores registrados del sector privado no lograron mantenerse al ritmo de la inflación, mostrando una leve caída real del 0,1%. A pesar de esto, los empleados del sector público y los trabajadores informales tuvieron mejoras por encima del aumento de precios.
En detalle, las remuneraciones del sector privado registrado subieron un 2,3% durante febrero, mientras que la inflación fue del 2,4%. En contraste, los sueldos del sector informal se incrementaron un 7,9% y los del ámbito público un 4,5%, lo que representa un incremento real de 5,5 y 2,1 puntos porcentuales, respectivamente.
El informe también señala que, aunque los salarios privados formales están apenas un 0,6% por encima de los valores de noviembre de 2023, se evidencia una tendencia de estancamiento en los últimos meses. En el caso del sector público, los ingresos continúan muy por debajo: 14,7% menos que en noviembre.
El economista Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), advirtió en su cuenta de X (ex Twitter) que, al considerar los salarios registrados en general (públicos y privados), el salario real está actualmente un 4,9% por debajo del nivel que tenía en noviembre de 2023. “El deterioro salarial es más profundo de lo que reflejan los datos oficiales”, señaló.
A esto se suma el fracaso de la reunión del Consejo del Salario, que no logró acuerdo entre los representantes sindicales y empresarios. Por tal motivo, el Gobierno volverá a definir por decreto el nuevo Salario Mínimo, Vital y Móvil, repitiendo lo ocurrido en ocasiones anteriores.
Mientras que las centrales obreras (CGT y las dos CTA) pidieron un salario mínimo de $644.165 para abril y $657.703 para mayo, el sector empresarial ofreció aumentos mucho menores: $301.500 en abril, $306.500 en mayo y $311.500 en junio. Esta propuesta representa un alza mensual de apenas el 1,3%, lo que convertiría al salario mínimo argentino en el más bajo en términos reales de los últimos 35 años.