Un informe del Centro de Investigación y Formación de la CTA advierte que el salario mínimo, vital y móvil atraviesa uno de los peores momentos de su historia reciente. Según el estudio, desde el inicio del gobierno de Javier Milei el poder adquisitivo del salario mínimo cayó un 35,2 por ciento, una baja que se suma al deterioro acumulado durante los últimos años y que lo deja prácticamente reducido a la mitad del nivel que tenía en 2015.
La devaluación de diciembre de 2023 —que duplicó el valor del dólar en un solo día— marcó el punto de partida de un retroceso que aún no logra frenarse. Con aumentos nominales que quedaron por detrás de la inflación y sin una recomposición que acompañe el costo de vida, el salario mínimo vigente en octubre se mantuvo en 322.200 pesos para una jornada laboral completa de 48 horas semanales, muy lejos de los 760.000 pesos que, según el informe, serían necesarios para recuperar el poder de compra de 2015.
El estudio también señala que el valor actual del salario mínimo está entre los más bajos de las últimas décadas en términos reales y que su peso dentro de la estructura salarial es cada vez menor. En la práctica, representa una fracción del salario promedio del sector registrado, lo que profundiza la brecha entre trabajadores formales de bajos ingresos y el resto de la fuerza laboral.
Para los especialistas, esta situación agrava las condiciones de vulnerabilidad, especialmente en sectores donde el salario mínimo funciona como referencia principal. El informe sostiene que sin una política de recomposición sostenida y acordada con las organizaciones laborales, el deterioro podría seguir profundizándose en los próximos meses.