Lo que antes era considerado una etapa pasajera, propia de la universidad o los primeros años de independencia, hoy se ha convertido en una opción de vida elegida por muchos adultos en Argentina. Compartir casa con amigos ya no es solo una necesidad económica, sino una forma de redefinir el concepto de hogar y fortalecer vínculos afectivos.

Las redes sociales reflejan este fenómeno con publicaciones bajo el lema “roomies forever”, mostrando hogares llenos de energía, donde la amistad es el eje central de la convivencia. Influencers, profesionales y trabajadores estables han abrazado esta tendencia, demostrando que la vida adulta no tiene por qué estar ligada a la soledad ni a estructuras tradicionales.

Si bien la motivación emocional es clave, el factor económico no se queda atrás. Con el costo de los alquileres en ascenso, compartir gastos permite acceder a espacios más amplios y confortables sin una carga financiera excesiva. Sin embargo, más allá del ahorro, quienes eligen este modelo valoran la compañía y el apoyo que brinda vivir con amigos. “No es solo dividir los costos, es volver a casa y saber que hay alguien con quien compartir momentos”, expresó Ramiro, de 29 años, quien lleva tres años viviendo con su mejor amigo.

Esta tendencia también desafía la noción de que la pareja debe ser el centro del hogar. En tiempos en que las relaciones y estilos de vida evolucionan, muchas personas optan por priorizar la amistad como base de su rutina diaria. “Antes parecía que si no te casabas o no vivías en pareja, algo fallaba. Hoy cada uno arma su vida como quiere, y me encanta que podamos romper esas estructuras”, afirmó Julieta, de 32 años, quien decidió mudarse con dos amigas después de una relación larga.

Un cambio en la concepción del hogar que sigue ganando terreno en Argentina y redefine la manera en que convivimos.

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