El Banco Central intervino este miércoles en el mercado cambiario con una venta de 53 millones de dólares del préstamo del Fondo Monetario Internacional, luego de que la divisa mayorista alcanzara el valor máximo previsto en el esquema de flotación, de $1.474,50.
La operación marcó el inicio de la utilización de reservas comprometidas con el organismo internacional para contener la presión sobre el tipo de cambio. Hasta ahora, la autoridad monetaria había evitado desprenderse de esos fondos mediante maniobras colaterales, pero la escalada de la demanda obligó a activar la intervención.
La decisión encendió alertas en el mercado financiero, donde se interpreta como una señal de debilidad del programa cambiario. Analistas advierten que, si la presión sobre el dólar se mantiene, el BCRA deberá recurrir con mayor frecuencia a las reservas, lo que pondría en duda la sostenibilidad del régimen de bandas acordado con el FMI.
El cierre de la jornada dejó a la divisa en niveles muy cercanos al techo fijado, lo que refuerza las dudas sobre el poder de fuego de la autoridad monetaria. Para los operadores, la venta de este miércoles representa un punto de inflexión: a partir de ahora, la estabilidad del esquema dependerá de la capacidad del Banco Central de resistir el ritmo de la demanda y de la respuesta política frente a un mercado que ya muestra signos de desconfianza.