La Cámara de Diputados dio media sanción en general al proyecto que modifica el sistema de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU), aunque no logró convertirlo en ley. El revés se produjo cuando el artículo 3 —uno de los puntos centrales de la iniciativa— fue rechazado por no alcanzar la mayoría absoluta requerida, lo que obliga a que el texto regrese al Senado para una nueva revisión.
La votación general tuvo 140 votos a favor, 80 en contra y 17 abstenciones, mostrando un amplio respaldo de los bloques opositores. Sin embargo, al momento de tratar el articulado en particular, el punto referido a los plazos para debatir los DNU obtuvo 127 votos positivos, tres menos de los necesarios para su aprobación.
Ese artículo buscaba establecer un plazo máximo de 90 días corridos para que ambas cámaras del Congreso trataran cada decreto presidencial. Si el debate no se concretaba dentro de ese período, el DNU perdía vigencia de manera automática. El objetivo era restringir el uso de esta herramienta por parte del Poder Ejecutivo y fortalecer el control legislativo sobre su aplicación.
El oficialismo celebró el resultado parcial al considerar que el rechazo del artículo más sensible le otorga tiempo y margen político, mientras que la oposición calificó lo ocurrido como una oportunidad perdida para limitar los poderes del Ejecutivo.
Con esta votación, el proyecto deberá regresar al Senado, que podrá insistir con la versión original o aceptar las modificaciones introducidas en Diputados. Hasta entonces, el régimen actual de DNU continuará vigente, en medio de un escenario político donde el equilibrio entre los poderes del Estado vuelve a estar en debate.