El Hospital de Pediatría “Juan P. Garrahan”, principal centro de salud infantil del país, atraviesa una crisis sin precedentes. Por primera vez desde su fundación, una sala de internación fue cerrada por falta de personal médico para atender a los pacientes.
“Esto es una desgracia, no sé cómo explicar la dimensión”, declaró Pablo Puccar, jefe de clínicas de cuidados intermedios del hospital. El profesional remarcó que en sus 20 años de trabajo en el Garrahan nunca había visto una situación semejante. “Nunca en mi vida, y lo dicen también quienes fundaron el hospital, se había cerrado una sala de cuidados intermedios por falta de personal”, expresó.
La decisión se tomó al no poder garantizar la guardia mínima de dos profesionales por cada 36 pacientes en condiciones graves. Como consecuencia, una sala fue cerrada y sus pacientes fueron trasladados a otra ya existente. También se vieron afectados los ingresos al hospital, que en condiciones normales recibe hasta 600 consultas diarias, muchas de ellas con necesidad de internación.
Desde otros sectores del hospital también se advirtió sobre la suspensión de guardias médicas y el cierre de servicios. Mauro García, jefe de terapia intensiva, reclamó que el hospital necesita de forma urgente un presupuesto adecuado para seguir funcionando con normalidad.
El Garrahan atiende cada año a más de 600.000 pacientes y realiza unas 10.000 cirugías, incluyendo alrededor de 100 trasplantes pediátricos. La falta de personal y de recursos compromete gravemente la atención médica que brinda el establecimiento.
Mientras tanto, el Gobierno nacional niega haber desfinanciado el hospital y atribuye la situación a supuestas fallas administrativas. Sin embargo, el personal médico insiste en que la causa central de la crisis es la falta de inversión y la pérdida de profesionales por las condiciones laborales.