El Gobierno de Javier Milei continúa con el programa sistemático de recortes en empresas públicas. Se trata de un plan que va desde la puesta en privatización de diversas compañías y el ajuste en los presupuestos de otras a los fines de buscar su saneamiento y reajustar objetivos.

Este lunes se conoció que la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF) desvinculó a 103 de los 662 empleados que hasta el último mes de diciembre tenía la compañía. Se trata de casi un 15 por ciento de la plantilla total y el primero de una serie de pasos que continuará con el esquema de ajuste, tanto de personal como de gastos fijos y de inversión.

Según pudo saber El Cronista, el objetivo del equipo que depende del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, es reducir la plantilla de la compañía en un 30% de cara a los próximos meses. Comentan que la decisión es para «mejorar la eficiencia operativa y la sostenibilidad de la empresa y acompañar los esfuerzos realizados por el Gobierno y la sociedad».

 

Las puertas del edificio central de la ADIF, ubicado en el barrio porteño de Retiro, amanecieron ayer con decenas de efectivos de seguridad. Los empleados que fueron notificados de su desvinculación no habían recibido un aviso previo, contaron algunos de ellos en declaraciones televisivas. Después de darse a conocer esta situación, la conducción nacional de APFA, en conjunto con la Unión Ferroviaria, declaró el «estado de alerta y sesión permanente en todo el ámbito ferroviario».

 

Fuentes gubernamentales justificaron que estos despidos configuran «parte de un esfuerzo para asegurar la viabilidad económica de ADIF«. Según un informe de la fundación Libertad y Progreso, la ADIF solo cubre el 23% de los gastos operativos a través de sus ingresos. De las decenas de empresas públicas, esta es la octava más ineficiente en ese segmento.

 

«Esto anticipa un ahorro significativo que le permitirá fortalecer su posición financiera y capacidad de inversión en áreas estratégicas para el futuro», indicaron desde Casa Rosada. Según perciben desde el equipo que lidera Nicolás Posse, la ADIF precisa «mejorar su eficiencia» y «garantizar su sostenibilidad a largo plazo».

El ajuste de la compañía

La ADIF es la Sociedad del Estado que se encarga de la construcción, el desarrollo y la administración de la infraestructura ferroviaria del país, así como la responsable de garantizar la seguridad e integridad de los activos ferroviarios y gestiona las licencias y permisos para la utilización de sus espacios: casas ferroviarias, tendidos de servicios públicos, locales comerciales, entre otros.

Esta se encuentra dentro de Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (FASE), articulamos las funciones y competencias para llevar adelante el sistema ferroviario nacional con: Trenes Argentinos Operaciones y Trenes Argentinos Cargas, y los concesionarios de la red ferroviaria nacional de pasajeros y de cargas. Hasta el año pasado, ese conglomerado era el segundo más deficitario de toda la planta pública después de ENARSA.

 

Desde el Gobierno no detallan el criterio con el que se transformarán y reestructurarán las operaciones. Un primer paso lo hicieron mediante la suspensión de trenes de larga distancia: un ejemplo es el trayecto entre Mendoza y Buenos Aires. «Se podría decir que era simbólico ese trayecto, pero es completamente ineficiente y hay que estudiar qué hacer», comentó un funcionario.

 

Según datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), la empresa ferroviaria configura un 0,53% de las ejecuciones del Estado dentro de las compañías públicas. De los $ 118.492 millones que tiene vigente para ejecutar en todo el año, el Gobierno solo devengó $ 1597 millones. En enero no recibió ni un solo peso y en febrero todo el resto. En comparación al primer bimestre del año pasado, el recorte fue de -91,44%.

Una de las últimas obras llevadas a cabo por ADIF es el nuevo ingreso de trenes a Retiro.

 

El titular designado por el Ejecutivo es Alejo Maxit, un exfuncionario durante la presidencia de Mauricio Macri, siendo el secretario general de la ANSES durante toda la gestión cambiemita. En el mundo privado trabajó en Telefónica de Argentina y fue miembro del directorio de Telecom.

 

La colocación de las oficinas de la ADIF de manera contigua a la estación de trenes de Retiro no es intrascendenteentre las obras en las que se enfoca la compañía abarcan a las estaciones ferroviarias del AMBA y diferentes líneas. La última gran obra que se hizo fue el nuevo ingreso de trenes en Retiro y las mejoras en el Belgrano Cargas, aunque ambas datan, como mínimo, un año de antigüedad. Por lo pronto, no hay mayores obras de infraestructuras asignadas.

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