El 2022 será recordado también como el año de una nueva crisis de las criptomonedas, tal vez más larga y amplia que la de 2017/18, porque, como dice Carol Alexander, profesora de Finanzas de la Universidad de Sussex, coeditora del Journal of Banking & Finance y la experta cripto que mejor pronosticó lo que sucedería este año, esta vez Wall Street y muchos fondos de inversión eran parte del juego y había un muchísimo mayor grado de “apalancamiento” (léase, inversión con dinero prestado) involucrado.

En diciembre de 2021, hace poco más de un año, entrevistada por CNBC, una cadena especializada en el mundo financiero, Alexander dijo que Bitcoin (BTC, primera y principal especie cripto, que explica el 40% de la capitalización total de las más de 22.000 criptomonedas existentes) caería este año a 10.000 dólares. En ese momento el Bitcoin estaba en casi USD 50.000, luego de haber tocado un pico de USD 69.000 el mes anterior, cuando la criptocapitalización total llegó también a su cénit, cerca de USD 3,2 billones (millones de millones), unas 5 veces el PBI anual de la Argentina.

Bitcoin cotizaba este miércoles, a pocas horas del final del año, por debajo de los USD 17.000 y la capitalización cripto se mantenía apenas por sobre los USD 800.000 millones, en ambos casos cerca del 75% por debajo de los picos de hace 13 meses.

Alexander tal vez exageró hasta donde caerían Bitcoin y el universo cripto en general, pero fue quien mejor y más temprano predijo el derrumbe. Lo hizo mucho antes de que, en mayo de este año, la implosión de Terra/Luna (USDT) diera inicio al “criptoinvierno” que venía preanunciando la caída de las cotizaciones a medida que el aumento de las tasas de interés por parte de los bancos centrales del mundo, en respuesta al aumento de la inflación, fue disipando el dinero fácil que financió tantas aventuras especulativas. El derrumbe de la cripto “algorítmica” borró de inmediato USD 40.000 millones de “valor cripto” y generó una cascada de pérdidas estimada en USD 300.000 millones.

Al mes siguiente entró en proceso de liquidación Three Arrows Capital, uno de los fondos cripto más importantes, que no pudo devolver una serie de préstamos. En octubre se derrumbó Celsius, un importante criptoprestamista cuyos ejecutivos habían retirado antes unos USD 30 millones. Y en noviembre llegó el mazazo de la quiebra de FTX, una de las bolsas cripto más grandes del mundo, con sede en Bahamas y fundada por Sam Bankman-Fried, el principal y más joven “criptomillonario” del mundo, quien luego de la caída de Terra/Luna había actuado como una especie de salvavidas de otras empresas del sector.

 

Fuente: Infobae

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