La corporación estatal Rosatom anunció un avance que podría transformar por completo la exploración espacial: un motor eléctrico de plasma basado en un acelerador magnético capaz de reducir los tiempos de viaje a Marte de casi un año a apenas un mes.
El prototipo, que ya fue probado en laboratorios con condiciones similares a las del espacio, utiliza hidrógeno como combustible y alcanza un empuje de hasta 6 newtons, con un impulso específico de 100 kilómetros por segundo. Estas características permitirían a las naves mantener un empuje constante y alcanzar velocidades muy superiores a las de los motores químicos tradicionales.
Además, el sistema funcionaría como un “remolcador interestelar”, es decir, se pondría en marcha una vez que la nave ya esté en órbita, impulsándola hacia su destino. Los especialistas destacan que este tipo de propulsión no solo aceleraría las misiones a Marte, sino que también reduciría los riesgos para los astronautas, al disminuir el tiempo de exposición a la radiación cósmica.
Si bien se trata de un desarrollo experimental, las primeras pruebas reales en el espacio podrían llevarse a cabo hacia 2030. De confirmarse su eficacia, este motor representaría un salto tecnológico decisivo para la llegada del ser humano al planeta rojo y, a futuro, para la exploración de destinos más lejanos en el sistema solar.