El gobierno de China ha instruido a sus aerolíneas a no aceptar nuevas entregas de aviones del fabricante estadounidense Boeing. La decisión se produce en medio de un clima de crecientes tensiones comerciales y políticas entre Pekín y Washington.
Según un informe publicado por Bloomberg, la medida se relaciona con una revisión de seguridad en curso por parte de las autoridades de aviación chinas, que ha llevado a suspender temporalmente la incorporación de nuevos aviones Boeing, particularmente del modelo 737 MAX. Esta decisión coincide también con la intención del gobierno chino de reducir su dependencia de fabricantes extranjeros y potenciar la industria aeronáutica nacional.
Boeing, que históricamente ha considerado a China como uno de sus mercados más importantes, enfrenta dificultades debido a esta decisión. Las entregas a aerolíneas chinas representan una parte significativa de su cartera internacional, y el congelamiento de pedidos puede impactar en sus finanzas y proyecciones de crecimiento.
Además, esta situación favorece el impulso del avión C919, desarrollado por la compañía estatal china COMAC, que busca posicionarse como una alternativa directa a los modelos de Boeing y Airbus. Algunas aerolíneas chinas ya han firmado acuerdos para adquirir estas aeronaves en los próximos años.
La medida de Pekín refleja no solo preocupaciones técnicas o comerciales, sino también una estrategia a largo plazo para fortalecer la autonomía tecnológica e industrial del país.