El proyecto Shenditake 1, liderado por científicos e ingenieros chinos, ha logrado superar los 10.000 metros de profundidad en una perforación que busca abrir nuevas fronteras en la exploración geológica y la obtención de recursos energéticos. Esta hazaña técnica marca un récord mundial y destaca la ambición del país asiático por expandir su capacidad de investigación en las profundidades terrestres.
Más allá de la obtención de petróleo o gas, la perforación tiene como objetivo principal recopilar datos científicos sobre la estructura interna de la Tierra, las condiciones físicas y químicas a grandes profundidades y potenciales recursos energéticos no convencionales, como el calor geotérmico intenso.
Expertos consideran que este proyecto podría sentar las bases para una nueva etapa en la exploración subterránea, permitiendo avances en energías limpias y en el entendimiento de fenómenos geológicos complejos.
China anunció que esta perforación será solo la primera etapa, con planes de continuar profundizando y desarrollando tecnologías que permitan acceder a zonas aún más inaccesibles, en una carrera que podría transformar la manera en que el mundo aprovecha sus recursos naturales.