La Justicia avanzó en el expediente por la tragedia del fentanilo contaminado y ordenó la detención de Ariel Fernando García Furfaro, titular de HLB Pharma y Laboratorios Ramallo, junto con sus hermanos, su madre y varios responsables técnicos de la firma. Los operativos, realizados por la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Gendarmería, se concretaron anoche y derivaron en el traslado del principal acusado a la cárcel de Ezeiza.
La decisión fue tomada por el juez federal Ernesto Kreplak tras recibir los informes técnicos del Instituto Malbrán y del Cuerpo Médico Forense, que confirmaron la relación directa entre los lotes de fentanilo elaborados por la empresa y la muerte de decenas de pacientes en distintos centros de salud. Según la investigación, las ampollas estaban contaminadas con bacterias resistentes y provocaron un brote que dejó un saldo cercano al centenar de fallecidos.
Además de García Furfaro, fueron detenidos sus hermanos Diego y Damián, su madre Nilda —accionista y vicepresidenta del laboratorio—, así como directores técnicos y administrativos que tuvieron participación en la producción y distribución de los medicamentos cuestionados.
El caso, considerado una de las crisis sanitarias más graves de los últimos años, expuso fallas en los controles internos de la industria farmacéutica y en los mecanismos de supervisión del Estado. Para los fiscales que impulsan la causa, se trata de un hecho de “criminalidad compleja” que podría derivar en imputaciones por homicidio con dolo eventual y asociación ilícita.
Con las detenciones, la investigación entra en una nueva etapa. La Justicia deberá ahora determinar las responsabilidades individuales dentro de la cadena de producción y distribución, mientras el sistema sanitario intenta dar respuesta a las familias de las víctimas y garantizar que hechos de esta magnitud no vuelvan a repetirse.