En el marco de la Renovación del Pacto de Fidelidad al Señor y la Virgen del Milagro, miles de salteños y peregrinos se congregaron ayer en el Monumento 20 de Febrero para renovar una de las tradiciones religiosas más profundas de la provincia. El acto estuvo marcado por la presencia de la comunidad y por el mensaje de monseñor Mario Antonio Cargnello, quien instó a no resignarse frente a las dificultades y a sostener la esperanza como fuerza transformadora.
Durante su homilía, el arzobispo recordó que la fe no debe ser vivida como un gesto aislado, sino como un compromiso cotidiano. Con firmeza, pidió a la sociedad no acostumbrarse a la indiferencia, la violencia ni la pobreza, y exhortó a las familias, al Estado y a las instituciones a trabajar juntos en la educación, la prevención de adicciones y el respeto mutuo. “Queremos vivir y no mendigar la vida”, expresó como síntesis de su mensaje.
El encuentro, que cada año convoca a multitudes, se desarrolló en un clima de recogimiento y fervor, donde el pueblo renovó sus promesas de fidelidad y confianza. Más allá de la dimensión religiosa, las palabras de Cargnello resonaron como un llamado social y político a construir una convivencia más fraterna, marcada por la paz y la responsabilidad colectiva.
Con esta renovación, Salta volvió a reafirmar el pacto que une a la comunidad con sus Patronos, pero también con el desafío de transformar la fe en gestos concretos de solidaridad y esperanza para el presente y el futuro.