La conmoción por la muerte de Miguel Ángel Russo, ocurrida a los 69 años, impactó de lleno en el mundo Boca y en todo el fútbol argentino. El histórico entrenador, símbolo del club y campeón de la Copa Libertadores 2007, había estado alejado de la actividad durante las últimas semanas para continuar con su tratamiento médico, mientras su cuerpo técnico se mantenía al frente del plantel.
Ante su fallecimiento, la dirigencia encabezada por Juan Román Riquelme decidió ratificar la confianza en Claudio Úbeda, quien continuará al mando del equipo junto al resto del cuerpo técnico que acompañó a Russo. Según fuentes del club, el objetivo es mantener la estabilidad y el espíritu de trabajo que el entrenador dejó como legado.
“Russo fue un ejemplo de compromiso y de respeto por los valores de Boca. Lo que corresponde ahora es seguir su camino con la misma seriedad y dedicación”, expresaron allegados al Consejo de Fútbol.
El próximo encuentro del equipo, que fue suspendido en señal de duelo, marcará el inicio de una nueva etapa bajo la conducción de Úbeda. Mientras tanto, los jugadores y el cuerpo técnico preparan un homenaje especial en memoria de Russo, considerado una de las figuras más queridas de la historia reciente del club.