A pesar de los lanzamientos aéreos de alimentos organizados por países europeos y árabes, la crisis humanitaria en Gaza continúa agravándose. Con negociaciones estancadas y un bloqueo que impide el ingreso masivo de ayuda, cada día se reportan más muertes por desnutrición en el territorio palestino.
Más de 60.000 personas han muerto desde el inicio del conflicto, mientras que las organizaciones humanitarias denuncian que los lanzamientos desde el aire no alcanzan a cubrir ni una mínima parte de las necesidades urgentes de la población. Solo en los últimos días, seis personas fallecieron por inanición y al menos 27 fueron asesinadas por disparos del ejército israelí mientras intentaban acceder a centros de ayuda.
Diversos informes revelan que el 90% de la población ya fue desplazada y que más de 140.000 personas resultaron heridas. Mientras tanto, organismos como Médicos Sin Fronteras y Oxfam advierten que las entregas aéreas son “costosas, ineficaces y simbólicas”, y exigen la apertura inmediata de corredores humanitarios seguros.
La ONU y otras entidades denuncian que Gaza atraviesa una hambruna sin precedentes, con niveles extremos de desnutrición infantil, y alertan sobre una catástrofe evitable que sigue profundizándose día a día por decisiones políticas y militares.