El proyecto presentado por el senador Julio Cobos para modificar el huso horario en Argentina ya cuenta con media sanción en Diputados y espera su tratamiento en la Cámara alta. De convertirse en ley, el país pasará del actual UTC-3 al histórico UTC-4 durante el invierno, lo que obligará a atrasar los relojes una hora.
La iniciativa busca que el horario oficial acompañe de manera más fiel la posición geográfica del país y que la jornada laboral y escolar inicie con mayor cantidad de luz natural. Según el esquema previsto, el cambio se aplicaría el primer domingo de abril y se mantendría hasta el primer domingo de septiembre, cuando se volvería al UTC-3.
El impacto en la rutina sería inmediato: amanecería y anochecería una hora antes respecto al horario actual. Esto afectaría desde la organización de los viajes en transporte público hasta las actividades comerciales y sociales, que quedarían condicionadas por la reducción de luz al final del día.
Entre los argumentos a favor, los impulsores del proyecto sostienen que la medida podría mejorar el rendimiento en la mañana y favorecer el descanso nocturno, además de generar un uso más eficiente de la energía. Sin embargo, los críticos advierten que el cambio podría no traducirse en un ahorro real de consumo eléctrico y que la modificación de horarios provoca alteraciones en el sueño y la concentración.
De aprobarse en el Senado, Argentina volvería a un esquema horario que rigió gran parte del siglo XX y que fue abandonado en 2009, cuando se estableció el actual UTC-3 de manera permanente.