La tensión en el frente financiero volvió a escalar este martes, cuando el Banco Central se vio obligado a vender dólares para frenar la presión sobre el tipo de cambio. El episodio coincidió con la decisión del Tesoro de Estados Unidos de dejar de ofrecer divisas a un valor preferencial, lo que redujo el margen de maniobra del Gobierno argentino en un momento crítico.
Con las elecciones legislativas a la vista, el Ejecutivo enfrenta tres jornadas decisivas en el mercado cambiario. La salida del Tesoro norteamericano del esquema de asistencia debilitó uno de los pilares del programa oficial, mientras que el Banco Central comenzó a utilizar parte de los fondos provenientes del préstamo del Fondo Monetario Internacional para intervenir en el mercado de futuros.
Fuentes del sector financiero señalaron que el volumen de operaciones se concentró en la demanda de cobertura, lo que obligó al BCRA a desprenderse de reservas en un contexto de creciente dolarización. El tipo de cambio mayorista rozó el límite superior de la banda establecida por la autoridad monetaria, y los operadores advirtieron que, sin respaldo externo, la contención del dólar será cada vez más difícil.
La jornada dejó en evidencia la vulnerabilidad del esquema cambiario vigente. A pesar del reciente acuerdo de swap con Estados Unidos, las reservas líquidas disponibles son escasas y las expectativas del mercado apuntan a una mayor presión en los días previos a los comicios.
Analistas consultados coincidieron en que el Gobierno enfrenta un dilema: permitir un ajuste del tipo de cambio o seguir utilizando dólares del préstamo internacional para mantener la estabilidad, a riesgo de comprometer la frágil posición de reservas. En cualquier caso, el resultado de las próximas elecciones será determinante para definir el rumbo económico inmediato.