El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió este fin de semana al declarar que su país analiza comprar carne vacuna a la Argentina para reducir los precios en el mercado interno norteamericano. Durante una conferencia de prensa en el Air Force One, el mandatario aseguró que la economía argentina atraviesa una situación crítica y afirmó: “Argentina está luchando por su vida, se están muriendo”.
Trump sostuvo que el acuerdo comercial sería parte de una estrategia para frenar la inflación alimentaria en su país, donde los precios de la carne alcanzaron niveles récord. “Podríamos comprar algo de carne argentina, eso ayudaría a bajar los precios acá”, expresó. La frase generó impacto inmediato en los medios internacionales y en el mercado agropecuario argentino, que ve en la propuesta una oportunidad de exportación significativa.
La relación entre ambos países atraviesa un momento de fortalecimiento político y económico. Tras el viaje del presidente Javier Milei a Washington y su encuentro con Trump, se reactivaron conversaciones sobre un swap financiero y posibles acuerdos de cooperación energética y agroindustrial. En ese contexto, la posibilidad de que Estados Unidos amplíe la cuota de importación de carne argentina adquiere relevancia estratégica.
Actualmente, el ingreso de carne argentina al mercado estadounidense está limitado a unas 20 mil toneladas anuales, pero el nuevo escenario podría multiplicar ese volumen si se concretan los acuerdos bilaterales. En Argentina, la medida sería vista como un respiro para el sector ganadero y una fuente adicional de divisas en medio de un contexto económico frágil.
Las declaraciones de Trump, sin embargo, también fueron interpretadas como un diagnóstico duro sobre la crisis argentina. “No tienen dinero, no tienen nada, están luchando muy duro por sobrevivir”, dijo el mandatario, reforzando su visión de que la Casa Blanca debe apoyar a Buenos Aires para evitar un colapso.
Mientras la propuesta comercial aún no se formaliza, la frase del presidente estadounidense volvió a colocar a la Argentina en el centro de la agenda internacional. Entre la urgencia económica y el juego geopolítico, el país podría encontrar en la carne —uno de sus principales productos de exportación— una nueva vía de acercamiento con Estados Unidos.