El último relevamiento de expectativas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) muestra que los analistas privados no prevén una baja significativa de la inflación en los próximos meses y anticipan un dólar oficial más alto que el previsto por el Gobierno. Según las estimaciones, la inflación de septiembre se habría ubicado en 2,1%, levemente por encima del 1,9% registrado en agosto, lo que marca un freno en el proceso de desaceleración que el Ejecutivo buscaba consolidar.
Los economistas consultados estiman que la inflación mensual se mantendrá por encima del 2% hasta fin de año, impulsada por aumentos en alimentos, combustibles y servicios regulados. Aunque el ritmo de suba de precios es menor al de años anteriores, el consenso entre las consultoras es que el Gobierno enfrentará dificultades para quebrar esa barrera en el corto plazo.
En paralelo, el tipo de cambio oficial también muestra señales de aceleración. Los participantes del relevamiento proyectan que el dólar mayorista alcanzará $1.440 en octubre, $1.499 en noviembre y cerrará diciembre cerca de $1.536, por encima de los valores planteados en el proyecto de Presupuesto 2026. Esto implicaría una mayor tasa de devaluación en los últimos meses del año, en un contexto donde el Banco Central busca equilibrar el frente externo sin afectar la competitividad del peso.
El informe además ajusta las expectativas de inflación anual a casi 30%, mientras que el crecimiento económico proyectado se mantiene en torno al 4%. Sin embargo, los analistas advierten que el resultado final dependerá de la estabilidad cambiaria, la evolución de los precios internacionales y las decisiones fiscales que tome el Gobierno durante el último trimestre.
De cumplirse estas proyecciones, el Ejecutivo enfrentará el desafío de sostener la calma cambiaria y contener la inflación al mismo tiempo, en un escenario donde las presiones políticas y sociales comienzan a intensificarse con la mirada puesta en 2026.