En cadena nacional y desde la Casa Rosada, el presidente Javier Milei dio a conocer el proyecto de Presupuesto 2026 en un mensaje atravesado por la tensión entre la austeridad fiscal y la necesidad de dar señales a los sectores más golpeados. Tras la derrota electoral en Buenos Aires y con un clima social cada vez más tenso, el mandatario sostuvo que “lo peor ya pasó” y pidió a la ciudadanía “no aflojar” para permitir que el rumbo económico se consolide.
El plan oficial mantiene como eje el déficit cero y la disciplina en el gasto público, pero incorpora incrementos en partidas sensibles. Según lo anunciado, habrá aumentos por encima de la inflación en jubilaciones, pensiones por discapacidad, educación, salud y universidades. Milei justificó estas medidas como un gesto hacia los más afectados por la crisis, aunque remarcó que se aplicarán sin alterar la meta de equilibrio fiscal.
En su discurso, el presidente reconoció que muchos argentinos aún no sienten alivio en su vida cotidiana, pero aseguró que los primeros años de gestión eran los más difíciles y que ahora comienza una etapa de consolidación. A largo plazo, volvió a plantear su visión de ubicar al país “en el podio de las potencias mundiales” en un horizonte de tres décadas.
Las primeras reacciones no se hicieron esperar: mientras el oficialismo destacó el compromiso con la sostenibilidad económica, voces opositoras y sindicales advirtieron que los aumentos anunciados no alcanzan para recomponer los ingresos deteriorados por años de inflación y recortes. En este escenario, el presupuesto se convierte en un nuevo capítulo de la disputa entre el plan de ajuste y las demandas sociales que marcan la agenda política hacia octubre.