Un estudio reciente demuestra que ajustar de manera personalizada la forma de caminar puede reducir significativamente el dolor de rodilla asociado a la artrosis, con resultados similares a los obtenidos con analgésicos de venta libre. La investigación fue publicada en The Lancet Rheumatology y destaca un enfoque no invasivo para quienes sufren esta condición.
Los investigadores trabajaron con pacientes con artrosis temprana de rodilla, enseñándoles a modificar ligeramente el ángulo de sus pies al caminar. El objetivo es redistribuir la presión sobre zonas más saludables del cartílago y así disminuir la carga en las áreas dañadas.
Durante el seguimiento, los participantes reportaron menor dolor y mostraron una desaceleración en la degeneración del cartílago, observada mediante resonancias magnéticas. Para asegurar la correcta ejecución de los ajustes, se utilizaron cintas de correr con sensores de presión y pequeños dispositivos vibratorios en las piernas que indicaban al paciente si debía corregir la postura.
Los especialistas remarcan que estos cambios deben ser supervisados por profesionales de la salud, ya que una modificación incorrecta de la marcha podría generar otros problemas musculoesqueléticos. No obstante, los resultados representan una alternativa prometedora y accesible para quienes buscan reducir el dolor sin recurrir a medicamentos o cirugías.
Además, el estudio sugiere combinar esta técnica con hábitos saludables como ejercicio moderado y control del peso corporal, estrategias que fortalecen las articulaciones y contribuyen a un alivio sostenido de los síntomas.