Desde noviembre de 2023 hasta mediados de 2025, la Argentina perdió 15.564 empleadores registrados, lo que significa una reducción significativa del entramado productivo formal. La cifra surge de los registros de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, que marcan un retroceso de 512.357 a 496.793 empresas con personal en blanco.
El dato se complementa con la caída de más de 220 mil puestos de trabajo formales, lo que refleja un impacto directo en la actividad económica y en la estabilidad laboral. Los rubros más afectados fueron transporte y almacenamiento, seguido por servicios inmobiliarios, comercio, construcción y servicios profesionales, sectores que en conjunto explican la mayor parte de la contracción.
La pérdida se concentró en empresas pequeñas y medianas, que representan casi la totalidad del entramado empresarial. Según especialistas, la combinación de inflación persistente, baja del consumo, apertura de importaciones y políticas de ajuste contribuyó a la fragilidad del sector privado.
Mientras tanto, desde el Gobierno se insiste en que el proceso de “sinceramiento” de la economía es un paso necesario para recuperar competitividad, aunque los indicadores muestran que el costo social y productivo es creciente.