El reciente fallecimiento de Alejandra “Locomotora” Oliveras, a causa de un accidente cerebrovascular (ACV) isquémico a los 47 años, puso nuevamente en evidencia la importancia del control temprano de la hipertensión y la edad como factores clave para prevenir estos eventos.
Expertos señalan que la hipertensión es el principal factor de riesgo modificable para el ACV y afecta a más del 40 % de la población argentina, aunque la mitad de quienes la padecen no lo sabe. Además, sólo una minoría logra mantener la presión arterial dentro de valores recomendados.
La edad influye significativamente en el riesgo: a partir de los 55 años, el peligro de sufrir un ACV se duplica cada década, aumentando aún más después de los 65. Sin embargo, también se observa que personas más jóvenes, incluso menores de 50, pueden presentar factores de riesgo como hipertensión no controlada, que incrementan la probabilidad de un episodio cerebrovascular.
La detección precoz y el tratamiento adecuado de la hipertensión son fundamentales para reducir la incidencia de ACV. Estudios indican que controlar la presión arterial puede disminuir el riesgo en hasta un 40 %. La incorporación de controles domiciliarios y la consulta médica regular se recomiendan como medidas efectivas.
El caso de Oliveras subraya la necesidad de una mayor conciencia sobre la importancia del diagnóstico temprano y el seguimiento continuo, ya que la falta de control oportuno puede tener consecuencias graves, incluso en personas relativamente jóvenes.
En definitiva, aunque la edad es un factor clave, la prevención y el manejo adecuado de la hipertensión y otros factores asociados constituyen la mejor estrategia para minimizar el riesgo de ACV.